Capítulo 10: Momento de cambios

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Habían comenzado su recorrido hace un par de horas, y era la primera vez en mucho tiempo que la tensión y la incomodidad no se encontraba entre el grupo y Mika; sino, entre Mika y Yuu, ya que este último siempre le desviaba la mirada al rubio. 

Shinoa se acercó al grupo, y susurrando lo más bajo que podía preguntó:

—¿Qué está pasando?

—Es extraño, es la primera vez que veo que se evitan... —comentó Mitsuba.

—¿Se habrán peleado?

Kimizuki miró de reojo a ambos, a unos pasos de distancia el uno del otro. Yuu pasó una mano por sus cabellos, notablemente nervioso.

—Ellos solucionaran sus problemas solos —sonrió Yoichi—. No creo que se puedan evitar para siempre. 

Los tres muchachos voltearon para observar a Yoichi, analizando la tranquilidad que tenía.

—¿Qué sabes que nosotros ignoramos? —preguntó Shinoa. 

—Yo no sé nada.

—Eso dices —habló Mitsuba—, pero de un día para otro apareces como amigo del chico que nos ignoraba y dices todo con la mayor calma del mundo. Mika te contó algo, ¿no es así?

—No es verdad...

Yoichi se incómodo, avanzando algunos pasos más rápido para evitar los cuestionarios de sus amigos.

—No puedes decir que de repente congeniaste con Mika. 

Yoichi siguió avanzando sin decir nada, hasta que sintió como alguien jaló de su chaqueta, hizo un movimiento para zafarse y seguir adelante. Entonces Yuu, quien había estado en su propio mundo durante todo el camino, se fijó en el castaño.

—¿Qué están haciéndole a Yoichi? —preguntó inspeccionándolos. Los chicos prestaron atención a otros lugares, sin responder a la pregunta que hizo el pelinegro. 

El resto del camino Yoichi pasó cerca de Yuu por si acaso a alguno se le ocurría intentar de interrogarlo de nuevo. Para su mala suerte sabía más de lo que debía y no era su intensión saber tanto de lo que sucedía entre ambos.

Cuando el cielo se comenzó a tornar oscuro fueron a un lugar para poder pasar la noche. Los alrededores estaban más calmados de lo que hubieran esperado, no se escuchaba ningún ruido más que del viento chocando con los grandes edificios de cemento totalmente abandonados. En el camino se encontraron con varias ramas que se llevaron, las juntaron todas y unos minutos después de vieron sentados cerca del fuego para mantener el calor.

Entonces el pelinegro se mantuvo alejado de Mika, sentándose a un lado de Kimizuki. El muchacho de cabellos rosados estaba de mejor humor que antes, al parecer se le había quitado su mal humor después de hacer peleado con él en su última misión. 

—Tu humor ha mejorado —comentó—. ¿Algo bueno ha pasado?

—Nada en particular. Todo está igual —respondió mirando el fuego.

—¿Por qué tenías ese humor? —preguntó. Kimizuki pensó las cosas antes de responder. Su mirada pasó a los ojos esmeralda, serios y analíticos.

—No quisiera decirte ahora. No es el momento adecuado. Aun así, puedo decirte que no entendía algunas cosas antes.

Yuu no entendió a que se refería, pero sabía que preguntar iba a jugar con su suerte. Como ningún otro día que el pudiera recordar, Kimizuki estaba tan calmado y pensativo que parecía fuera de si mismo. Quizá las cosas estaban cambiando de nuevo, antes de que pudiera darse cuenta de ello. 

Tiempos EfímerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora