Capítulo 15.5: Última advertencia

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La mañana siguiente todos despertaron con noticias tristes al igual que alarmantes. Podía verse personal corriendo de un lado a otro. El caso se había adueñado del lugar y nadie podía contribuir de manera directa en los sucesos.

En la madrugada de la noche anterior se había escuchado la alarma de un soldado de un grupo vigilante en el exterior. Lamentablemente no se escucharon las noticias compuestas porque sólo los gritos entraron a partir de éste. Los altos mandos tuvieron que detenerse unos segundos a pensar, luego las órdenes se dijeron a voz alta cuando ya todos fueron despertados en la mañana.

Mientras, en un lugar escondido de cualquier rayo de luz solar, se encontraba una joven de cabellos rosados, sujetado en dos coletas largas. Se movían de un lado a otro, impaciente con las noticias de los humanos que llegaron esa mañana. Y veía la firma en un papel, con trazos largos de tinta ya seca. Lo pensó con cuidado antes de recordar todas las cosas que estaban en juego en ese momento.

—¿Vas a aceptar, no? —escuchó la voz del vampiro que lo desesperaba en exceso. Sin embargo, no realizó ninguna acción para que se retire del lugar. Seguía en sus pensamientos.

—Sí. Voy a aceptar, sólo... creo que me he quedado sin tiempo.

—¿Sin tiempo? Creo que tenemos todo el tiempo que queramos—. Sonrió el vampiro de cabellos plateados—. Da la orden para terminar esto. Todos sabían lo que iba a suceder y aún así te siguen... bueno, todos menos los humanos.

—No era necesario, no hubieran aceptado. Y mi principal prioridad está a salvo en ese lugar.

—¿Hablas del lugar que acaba de ser atacado en sus fronteras? Por supuesto, es muy seguro para los pequeños Mika y Yuu.

Krul se volteó enfadada, mirándolo con especial odio. Él tenía algo de razón, no era del todo seguro ese lugar, pero no tenía tampoco altas posibilidades de mantenerlos seguros en el lugar en el cual estaban. Tomó el papel y provocando un pequeño corte en su dedos, firmó con su propia sangre el acuerdo.

—Esta noche comienza la primera parte de nuestro plan final.

Ferid permaneció en silencio, no tenía nada que comentar cómo ninguna vez en su alargada vida eterna. Sabía los planes de Krul más de lo que ella deseaba que él supiera. Los planes que ella había elaborado en secreto no eran desconocidos para él, podía obtener la información que deseaba si se lo proponía. Salió de la habitación de igual manera, sintiendo de inmediato una presencia que conocía a la perfección.

—Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas —dijo canturreando con tranquilidad a su interlocutor oculto en las sombras.

—Sólo quería saber si sucede lo que creo que está sucediendo.

—Eres perspicaz, veo que ya debes saberlo, Crowley.  Si aún así tienes dudas, mejor prepárate para atacar a aquellos que están lejos.

El vampiro avanzó hasta la luz, mostrando su sonrisa cotidiana. Ferid se preguntó  cuanto sabía Crowley en verdad de todo lo que estaba sucediendo. Aunque a él no le gustara hablar nunca de que era lo que sabía, concideraba al más alto alguien inteligente que podía indagar con facilidad en sus asuntos. 

Quizá había permitido que Crowley se acercara demasiado. 

—¿Mandaron la última advertencia?

—Así es.

—Creí que tardaría más.

El vampiro de cabellos plateados calculó el tiempo que había pasado a desde que los contratos con los humanos habían sido elaborados. Si, duró mucho más de lo que él en verdad había esperado. Creía que en un máximo de dos semanas iban a terminar apuñalándose en la espalda antes que ayudarse de manera abierta unos a otros.

Tal vez se equivocó.

Vio de reojo el vampiro de cabellos bicolor.

—Qué extraño. No te están acompañando tus dos fieles seguidoras.

Crowley desvió la mirada ligeramente, enfocándose en un punto distante tan sólo por un par de segundos. Después sonrió como siempre hacia y caminó un par de pasos más.

—Hoy no quería compañía —respondió.

—¿Y vienes a acompañarme?

—Quizá... quizá no. 

A Feria le pareció extraño, nunca había visto a Crowley muy lejos de sus seguidoras. Era realmente curioso ese cambio de rutina brusco. Intentó restarle importancia, todo estaba cambiando mucho últimamente y necesitaba enfocarse en lo que era importante en ese momento.

Tenía que pensar en los planes que tenía Krul con respecto a los humanos.

—Como quieras entonces.

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