Capítulo 15: Tiempo de convivencias

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La ventana se encontraba limpia, mostrando el destrozado paisaje cotidiano desde hace tantos años. El hombre de cabellos oscuros no mostró ningún sentimiento guardado con respecto al paisaje, salvo por alguno que otro recientemente encontrados con la angustia de los últimos sucesos y la desiciones a tomar.

— ¿De nuevo pensando? —preguntó Shinya. El teniente coronel no sintió la necesidad de voltear para mirar a su interlocutor, sólo se quedó en su lugar, en la misma posición—. Quién pensaría que Guren iba a ser un padre tan preocupado por su pequeño hijo adoptado.

—¿Quién está preocupado? —repuso. Aunque era conocida una de sus tantas preocupaciones, no quitaba el hecho de que tuviera otras.

—¿Entonces en qué? —preguntó suspicaz—. ¿O tal vez mi pregunta es en quién?

Guren ignoró la pregunta antes de levantarse de su lugar y tomar los papeles que se encontraban dentro de su escritorio. Pasó a un lado de Shinya abriendo la puerta y habló:

—Vamos a la reunión, no quiero más problemas con Kureto.

—Es verdad, ¿no ha estado más irritable últimamente?

—Más irritable es poco, ese idiota se toma todo lo que hago a mal.

—Quizá también está preocupado.

Giren se detuvo unos segundos para mirar a su amigo de cabellos blancos, quien sólo sonrió siguiendo el camino dejando al Teniente Coronel con más incógnitas en su cabeza.

Mientras, un par de muchachos se encontraban hablando no tan lejos de ese lugar.

Yuu se encontraba junto con Yoichi a un pequeño animal que se deslizaba con el piso. No había ningún tema de conversación, lo cual incomodaba a ambos de cierta manera. El castaño inspeccionó a Yuu unos segundos, intentando descifrar su comportamiento. Él estaba en ese momento, pero se veía más lejano que presente.

—¿Sucede algo, Yuu?

Los ojos esmeralda parpadearon un par de veces antes de sonreír para su amigo y negar un par de veces con la cabeza, pronunciando un animado:

—No.

—¿Sucedió algo con Mika?

—Claro que no.

Yoichi lo miró y sonrió.

—El trato con los vampiros no va a hacer eterno, Yuu. A veces me pregunto cuando voy a despertar para darme cuenta de que Mika ya no está, de que ya no podemos caminar en las afueras tranquilos, seguros de que ningún vampiro va a lartimarnos. Creó que eso está muy cercano y si embargo no quisiera que se acabara aún.

Yuu calló unos segundos, pensando en lo que acababa de escuchar. El castaño tenía razón.

—Yo tampoco quiero que acabe aún.

Después de la conversación el ambiente se tornó más tranquilo, pero triste. Ambos entraron al edificio nuevamente. El tiempo libre que tenían no era tan cómodo como parecía, la mayor parte del tiempo se la pasaban sin hacer nada significativo mientras los mandos altos hacían quién sabía qué.

Una vez que entraron fueron caminando hasta que Yuu diferenció al equipo. Todo se veía bastante tranquilo. Mitsuba hablaba con Kimizuki y Shinoa parecía intentar entablar una conversación de Mika, y al parecer estaba logrando eso con bastante éxito. Yuu sonrió, todo se veía tan apacible, sin peleas, sin misiones. Con Mika siendo más amable con todos en el grupo —salvo por Kimizuki—. Tal vez debía intervenir, pero sentía que eso era algo en lo cual sólo podía estar superficialmente. Mika había logrado por sí mismo llegar a ese punto.

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