capitulo VIII

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Minji debía entrar al trabajo dentro de treinta minutos sin embargo iba conduciendo en dirección contraria al banco, se dirigía hacia el hospital con eunchae sentada en su sillita en el asiento trasero.

Habían pasado tres días desde que le dieron los resultados de ADN y todo marchaba de maravilla, cada mañana antes del trabajo ambas se dirigían al hospital y se quedaban con hanni aunque sea un par de minutos de los cuales ambas disfrutaban al máximo, eunchae jamás se cansaba de hablarle a su madre sobre lo que hacía con Amelia y minji durante el día o la noche o simplemente se recostaba a su lado abrazándola y mirándola detalladamente como si tuviera miedo de olvidar el rostro de su madre.

La relación entre ambas cada día avanzaba un pequeño paso, pero por más pequeño que era minji se sentía feliz de ello, su hija comenzaba a tener más confianza en ella y eso la alegraba de sobremanera, Amelia se había convertido en otra amiga mas para la pequeña eunchae, solo tenía una semana de conocerla pero era de las pocas personas con las cuales eunchae se sentía cómoda, oh y no olvidemos las llamadas de tía haerin aunque la pequeña reía cada vez que la chica mencionaba el parentesco, habían comenzado a hablar cada tarde a la hora del almuerzo y a veces se les unía minji en la conversación sobre su conejo de peluche o las verduras que Amelia estaba preparando.

-¿Por qué tienes que trabajar un sábado?- preguntó la pequeña curiosa- la otra vez no lo hiciste.

-Porque debo resolver papeles importantes y hoy me vas a acompañar tu- dijo tomándola de la mano y caminando por los pasillos del hospital- prometo que será rápido.

-¿Entonces Amelia no viene a casa hoy?

-No- respondió- aunque por la noche tengo una cena ¿recuerdas?

-¿Otra a la que no puedo ir?- preguntó con sarcasmo la pequeña.

-¡eunchae!- dijo reprendiéndola en broma- son cosas del trabajo, no puedo llevarte.

-Pues hoy voy a tu trabajo, no comprendo por qué no puedo ir a la cena.

Minji río por la perspicacia de su hija y de cómo analizaba todo sin dejarla cometer o fallo o que se le escapara nada.

-Es diferente.

-¿Por qué es por la noche?

-Así es- dijo tratando de zafarse.

-Pues yo acompañaba a mamá siempre y no importaba si era de noche.

-Ok- se dio minji por vencida- te llevaré a una cena pero no a esta, debo hablar de cosas importantes de adultos y no quiero que te aburras.

-Bien, pero debes...

-Prometerlo- dijo minji antes de que temer sea de hablar eunchae- es una promesa.

Cuando su pequeña charla terminaba ellas ya estaban frente a la habitación de hanni, abrió la impoluta puerta blanca y sonrío al ver a su pelinegra, eunchae corrió a subirse a su camilla y beso la mejilla de su madre.

-Mamá en dos días entro a la escuela- fue lo primero que dijo la pequeña- minji dijo que voy a tener una mochila nueva y que usaré uniforme aunque aún no lo tengo.

-El primer día puedes ir en la ropa que quieras, después de dejarte en la escuela pasaré por tu uniforme- dijo minji caminando hasta quedar a su lado habitual de la camilla.

-Escuchaste mamá- dijo la niña sonriendo- oh y minji irá a otra cena y me volverá a dejar en casa.

Minji río y giró los ojos al escuchar las quejas de su hija.

-Ojalá esta vez pueda dormirme temprano- le dijo por lo bajito a la pelinegra- el otro día esperándola no pude dormir y tenía miedo.

Minji miró con ternura a su hija.
-Hoy volveré más temprano.

no me rendireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora