22 de marzo de 2023.
Charles.
Como la primera clase que tenía los martes era a las once de la mañana, no me levanté hasta pasadas las nueve y media.
Desayuné relativamente tranquilo, para lo que solía ser mi vida, mientras miraba por la ventana del salón. Ese día, de nuevo, había salido el sol y la vista del parque era preciosa.
La vista.
Cuando esa palabra se cruzó por mi cabeza, una imagen del chico que había estado en el bar el día anterior se formó en mi mente. Por supuesto, mi cerebro comenzó a reproducir un vídeo maravilloso del momento en el que me había tomado en sus brazos. Cortesía de la casa, lo visualicé sonriéndome, todavía sin soltarme, mientras su increíble olor a colonia inundaba mis fosas nasales, mareándome de deseo.
Me reí como un tonto.
Había momentos en los que era maravilloso tener una imaginación tan ferviente. Me regalaba preciosas historias como la que acababa de disfrutar en ese momento.
Era una lástima que no sucedieran en la realidad. Pasé por toda la rutina diaria antes de salir a la calle y caminar con tranquilidad hacia la universidad. Aunque casi siempre iba corriendo a todos los lados, la realidad era que disfrutaba mucho de la tranquilidad. Era una pena que no fuera capaz de mantener una vida relajada.
Como tenía un cuarto de hora de sobra, decidí atravesar el parque, en vez de bordearlo como hacía cada día.
Mientras miraba a mi alrededor, rodeado de preciosos árboles y de las primeras flores de la primavera, me picaban los dedos por las ganas que tenía de meter la mano dentro de la mochila para sacar la tableta y ponerme a dibujarlo todo. Quería captar la esencia del momento en el que estaba. La calidez de los tímidos rayos de sol sobre mi piel y lo precioso que estaba el parque floreciendo.
"Hola" me saludaron, captando toda mi atención de golpe.
Giré sorprendido la cabeza, porque no había sentido que hubiera nadie a mi lado, y abrí mucho los ojos. Quizás más de lo que era socialmente aceptable.
La persona que me hablaba era el chico que había estado el día anterior en el bar.
Para conseguir elevar el nivel de vergüenza que sentía, me tropecé con un objeto inexistente y estuve a punto de caer de cabeza al suelo.
De nuevo, evitó mi caída.
"Gracias" dije cohibido, y me puse en pie lo más rápido que pude.
"De nada" me contestó, mirándome fijamente y poniéndome nervioso "Ayer estuve en el bar en el que trabajas. No sé si te acuerdas de mí" añadió, y en lo único que pude pensar fue en si la frase era una especie de broma.
¿Cómo podía haberme olvidado de él?
Se me escapó una carcajada.
"Me acuerdo" le aseguré poniéndome rojo. Podía sentir el calor inundando mis mejillas.
"Bien" respondió, esbozando una pequeña sonrisa complacida, que logró que el corazón me comenzara a palpitar más rápido "Te he visto caminando por el parque y no he podido evitar acercarme. Soy nuevo en la ciudad" explicó.
"Oh, bienvenido" le dije "¿Vives por aquí?" pregunté muy interesado en la respuesta. Me encantaría que fuera así. No iba a quejarme sí lo veía de vez en cuando.
"No, estoy de paso" respondió y, antes de que pudiera añadir nada más, mi teléfono comenzó a sonar a todo volumen con la alarma que tenía programada un cuarto de hora antes de tener que entrar en clase para no llegar tarde.

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Aprendiz de Príncipe
Teen FictionCarlos x Charles ¿Y si te dijeran que eres un príncipe de la noche a la mañana y que vas a heredar un reino? Un príncipe, un guardaespaldas, un palacio y una historia que te enamorará. Hey! Esto es una adaptación de una historia de: Arianne Martín. ...