Carlos.
"Llevas un mes entero sin descansar" dijo mi padre, entrando en mi habitación.
Como estaba sentado en la cama atándome los zapatos necesité elevar la cabeza para mirarlo.
Me contuve para no fulminarlo con la mirada. Joder. Me ponía de muy mal humor su sola presencia. ¿Se podía ser más un robot? Todavía no había olvidado la estúpida trampa que me había tendido hacía unos pocos días, y él actuaba como si no hubiera pasado nada.
"Buenos días" lo saludé solo para dejar en evidencia su falta de educación.
No era una persona rencorosa, ni me gustaba tener que corregir a nadie, pero mi padre sacaba lo peor de mí.
"Buenos días" me devolvió el saludo a regañadientes. "¿Por qué no has tomado los descansos que te corresponden?" preguntó directo al grano.
Odiaba verme reflejado en su actitud. Odiaba lo mucho que a veces sentía que nos parecíamos, porque no quería ser como él.
"Porque no quiero dejar a Charles solo."
"No está solo. Tiene otro guardia que puede llevar al equipo asignado para que no tengas tanta carga de trabajo. Organiza este fin de semana para que no se mueva del palacio y que Daniel haga un turno intensivo" ordenó, porque sus palabras no eran un consejo que yo pudiera decidir si quería o no aceptar, pero, aun así, decidí no quedarme callado.
"Prefiero no hacerlo. Es muy pronto y no me parece prudente dejarlo solo."
"Lo que no es prudente es que no descanses. Las normas están para cumplirlas."
"Esta es una norma estúpida" le hice saber.
"No lo es para nada. ¿O es que crees que estás igual de fresco durmiendo unas pocas horas y manteniéndote alerta todo el día? ¿Vas a poner en peligro la seguridad del príncipe?" preguntó elevando mi nivel de enfado hasta un punto estratosférico.
"No, señor" respondí apretando los dientes para controlar la furia. "Eso es lo último que deseo en el mundo. Mañana mismo me tomaré el día de descanso. Ahora, si le parece" le dije levantándome y colocandome frente a él. Disfruté de los por lo menos diez centímetros que le sacaba. Era una satisfacción ridícula, pero me gustaba ser más que él en algo, aunque fuera una cosa tan estúpida como la estatura. "Voy con Charles."
Hoy tiene una visita al orfanato del reino. A lo largo del día dejaré todo organizado para mi descanso.
Charles.
¿Podía una persona morirse de nervios? Esperaba que no.
Estaba tan ansioso que a duras penas era capaz de no moverme mientras me arreglaban el cabello.
Me había faltado muy poco para pedirle al peluquero que me peinara de pie, pero incluso a mí me sonaba demasiado extraño.
Hoy iba a visitar con mi padre un orfanato y, aunque no era un acto oficial, tenía muchas ganas de estar a la altura.
Una cosa era aprender a ser príncipe lejos de él, donde los únicos que podían reírse de mí eran Carlos, el cual era mi mayor apoyo y parecía tener cero problemas con mi torpeza y distracción, y el instructor que me enseñaba; y otra muy diferente era hacerlo delante de mi padre y rey de Mónaco.
El momento llegó demasiado rápido para mi gusto.
Fuimos hasta el orfanato en un coche oficial, aunque llamar coche a la limusina negra con banderas colocadas a ambos lados de la parte delantera que vino a recogernos, sería un eufemismo.

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Aprendiz de Príncipe
Teen FictionCarlos x Charles ¿Y si te dijeran que eres un príncipe de la noche a la mañana y que vas a heredar un reino? Un príncipe, un guardaespaldas, un palacio y una historia que te enamorará. Hey! Esto es una adaptación de una historia de: Arianne Martín. ...