Charles.
Llegó un punto en el que empecé a creer que todo lo que me había dicho Carlos era verdad.
Los trabajadores del avión y todo el mundo con el que nos cruzábamos me trataban como si fuera alguien importante.
Todo era demasiado elaborado como para ser una broma.
Creo que aquello fue lo que me terminó de convencer.
La situación era tan extraña que tenía que ser cierta.
Podrían haberme matado más de cien veces desde que estaba con ellos y no tenía nada que fuera de valor como para robarme o secuestrarme.
Así que, no ganaban nada con mentirme.
Decir que estaba nervioso sería un gran eufemismo. Estaba histérico.
No solo por el hecho de que era la primera vez que me subía en avión y no entendía cómo un trozo de hierro era capaz de mantenerse en el aire. Sino porque a lo largo de las tres horas de viaje empecé a comprender que iba a ver a mi padre.
Dios..., nunca hubiera pensado que eso fuera posible.
Mi madre me había dicho que estaba muerto, y, claro, algunos años después, cambiar ese hecho en mi cabeza era algo muy impactante.
Se me olvidaba todo el rato y, cada vez que lo recordaba, el estómago me daba un vuelco de nervios y miedo. Estaba muy asustado. No dejaba de preguntarme cómo sería él. ¿Le gustaría? ¿Le decepcionaría cuando me viera? Diría: «este no puede ser mi hijo».
Cuando el pensamiento se me cruzó por la cabeza, me hundí un poco en el asiento aterrado.
Mi movimiento llamó la atención de Carlos, que me analizo con la mirada.
"¿Necesitas algo?" preguntó con su voz profunda, la cual todavía no había conseguido determinar si me ponía nervioso o me tranquilizaba.
Supuse que era una mezcla de ambas cosas.
Esos dos sentimientos eran los que más despertaba su persona dentro de mí. Una vez que descubrí a qué se dedicaba, su aspecto físico, grande, fuerte y muy muy guapo cuadraba mucho más.
Aunque la última no era para nada una cualidad imprescindible para ser guardaespaldas, yo no me iba a quejar. Siempre era mejor que te alegraran la vista.
Carlos.
Charles estaba muy nervioso. No me hacía falta conocerlo a fondo para saberlo. Era una persona muy expresiva. Cada uno de sus sentimientos se reflejaba en su rostro.
No podía evitar observarlo, ya que se le veía muy perdido, en el enorme asiento de cuero del avión, agarrando los reposabrazos con tanta fuerza que las puntas de los dedos se le habían puesto blancas, mientras miraba por la ventana.
No sabía qué estaba pasando por su cabeza, pero, a juzgar por la forma en la que acababa de encogerse, no era nada bueno.
Entendía que se sintiera inquieto. Era algo lógico dada la situación, pero, aun así, quería hacer algo para tranquilizarlo.
Me devané los sesos pensando en qué podría decirle. No era una persona que tuviera mucha facilidad de palabra y tampoco lo había necesitado nunca para nada, pero en ese momento deseé serlo.
"El mundo se ve muy bonito desde aquí arriba" le dije, tratando de distraerlo.
No era una observación que le hubiera hecho a otra persona, ni algo que yo mismo hubiera pensado mucho, pero, después de haberlo vigilado durante un par de días, me parecía que podría gustarle.

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Aprendiz de Príncipe
Teen FictionCarlos x Charles ¿Y si te dijeran que eres un príncipe de la noche a la mañana y que vas a heredar un reino? Un príncipe, un guardaespaldas, un palacio y una historia que te enamorará. Hey! Esto es una adaptación de una historia de: Arianne Martín. ...