Entre rejas | Bl

Mal comienzo

16 de agosto de 2024.

Mis manos estaban apretadas, el frío metal azotaba mi piel, las húmedas lágrimas bajaban por mis mejillas, mis oídos estaban taponados por el amplio sonido de las sirenas de los patrullas.

—Quedas detenido por el uso ilegal de armas—

Me mantuve en silencio.

El hombre agarró mis hombros apretándolos fuertemente, y mis brazos, inmóviles, los cuales estaban esposados en mi espalda baja, y con brusquedad me metió en el patrulla.

—A continuación le leeremos los derechos.

—Tiene usted derecho a no responder ninguna de las preguntas que se le formulen.
—Tiene derecho a comida y bebida si fuera necesario.
—Tiene derecho a un abogado. —Tiene derecho a una llamada de no más de un minuto en presencia de un agente o funcionario público.
—Tiene derecho a ser tratado por un médico si fuera necesario.
—Tiene derecho a no declararse culpable contra si mismo.
—Y tiene derecho a ser informado de los delitos que se le atribuyen.

¿Ha entendido sus derechos, caballero?—

—Perfectamente—Dices en un tono profundo y apagado, no querías estar centrado en nada, solo querías llorar y dañarte por lo idiota o demasiado listo que fuiste.

El coche oficial llega a la puerta de comisaría, el agente baja y te cachea, pasando sus manos por tus caderas, piernas y torso.

Te meten dentro del edificio, y uno de los oficiales te toma una foto para la ''PDA'', mientras otro redacta un informe con los delitos que has cometido.

—Será condenado a seis meses de prisión por uso ilegal de armas blancas— Dijo en tono demandante hacia tí, mirándote con mirada fría.

Te quitan las frías esposas que aún aprietan tu piel, dejando una marca rojiza, y te meten en una celda, de no más de 20 metros cuadrados.

Te tumbas en la "camilla" y cierras los ojos, reflexionando por todo lo ocurrido...

†