VI. Drowning Pt. 1.

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—Jimin tenemos que hablar.

La hermana menor cerró los ojos y respiró agitadamente, dejando escapar un suspiro de cansancio. Ella realmente no quería lidiar con esto en este momento, así que se abrió paso, rozando a su hermana que estaba bloqueando la entrada.

—¡Yu Jimin!

Jiyeon esperaba que Jimin le gritara, tal vez ordenándole que se fuera. Pero no lo hizo. Cuando su hermana menor se giró para mirarla, pudo ver el vacío que la poseía, dejándola derrotada. Sus ojos transmitían su agotamiento, pesados y apenados.

—¿Qué? —fue lo único que respondió. Estaba tensa, cansada y aun así, a pesar de los mejores esfuerzos de Jimin, llena de vulnerabilidad.

Jiyeon estaba tan sorprendida que no podía encontrar las palabras correctas por decir. Era obvio para ella que su hermana no estaba bien. Y, por supuesto, nadie esperaría que lo estuviera: su prometido acababa de morir, pero, por alguna razón, tenía la sensación de que algo más la angustiaba. Llevaba un tipo diferente de pena que no fue durante el funeral, una que era más profunda y personal.

—Qué. —Ella repitió de nuevo, pero esta vez viene en forma de un gemido frustrado y Jiyeon sólo puede distinguir el ligero brillo del comienzo de las lágrimas formándose.

Ella no dice nada y en su lugar trajo a su hermana para un abrazo. Jimin no le devolvió el abrazo y se puso rígida, incapaz de moverse. Ella misma no entiende por qué está siendo así, sería fácil para ella ceder al abrazo de su hermana, pero quiere fingir que está bien. Si no podía manejar esto, ¿cómo iba a manejar lo de mañana? Jiyeon se aleja, entrando a la habitación de Jimin y cerrando la puerta.

Lleva a Jimin al colchón bajo junto a la ventana y le pide que tome asiento a su lado, a lo que la menor accede.

—Jimin. Sabes que puedes contarme cualquier cosa, ¿verdad?

Jimin levanta la vista y se encuentra con la mirada de su hermana, pero no responde.

Jiyeon se acercó un poco más y colocó sus manos sobre los hombros de Jimin, dándoles un ligero apretón. Recordó cómo solía sentarse así cuando eran niñas, cuando Jiyeon era la adecuada figura de hermana mayor en la que podía confiar. Jimin se relajó visiblemente, su hombro se aflojó ligeramente mientras exhalaba aire. Jiyeon empezó entonces a alternar la presión con los dedos y a frotar círculos con el pulgar contra los apretados omóplatos de su hermana menor.

—Solías pedirme masajes todo el tiempo, llamándolos puntos y apretones, ¿no te acuerdas?

Jimin sonrió instintivamente ante el recuerdo, pero tenía el triste eco de una época más feliz y sencilla. Los dictados solían estresarla. La joven Jimin siempre quería hacerlo lo mejor posible y obtener una buena puntuación, y sin embargo, por alguna razón, siempre terminaba con cero puntos en sus recitaciones de vocabulario debido al nerviosismo. La única vez que lo hacía bien era cuando su hermana la ayudaba con sus nervios, permitiéndole relajarse y recordar el material que había pasado tanto tiempo repasando. Deseaba poder volver a cuando ese era su mayor problema. Cuando no estaba atrapada en el torbellino de las responsabilidades adultas.

—¡Eras tan testaruda en ese entonces! Nunca pedías ayuda a nadie cuando estabas atascada, a menos de que fuera yo.

—Bueno, ¿quién iba a ayudarme? Papá sólo me regañaba y mamá era analfabeta. Tú nunca me juzgaste. No me hacías sentir avergonzada por tener defectos.

—¿Era porque yo tenía demasiados? —Jiyeon bromeó. Jimin respondió golpeándola en el hombro. Jiyeon sonrió, notando que un brillo juguetón volvía a sus ojos. Se preguntó cuántas veces sus ojos brillaban así en su ausencia.

if there is another life (如果有來生) | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora