Capítulo cuatro | Recuerdos efímeros

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Everett

Capítulo 4 | Recuerdos efímeros


Muchas cosas pueden cambiar en veinte segundos,  muchas cosas pueden pasar en la oscuridad — Lana del Rey and Billie Eilish



La primera vez que me enamoré de April Belmonte Green fue cuando me enseño por primera vez un cuadro suyo y sin pensar, le confesé que era que era lo más hermoso que había visto después de ella y sonrió de una manera única y desbordante, que agito mi corazón. Dibujo una media sonrisa en su rostro mientras sus lágrimas inundaban su rostro. La segunda vez, fue después de bailar bajo la lluvia en nuestra sexta cita y torpemente susurró nuestro primer te quiero. La tercera fue cuando la encontré plantando tulipanes en mi pequeño jardín después de que falleciera mi padre, porque sabía que eran sus preferidas. La cuarta vez, fue cuando nos fundimos bajo las estrellas entre jadeos y promesas. Volví a enamorarme de ella tantas veces, como estrellas que iluminan el cielo, como granos de arena en una playa. De manera, inconmensurable e inefable.

—Esta aquí, ¿verdad? —pregunta Ann desde el recibidor

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—Esta aquí, ¿verdad? —pregunta Ann desde el recibidor.

Sin dejar contestar a su hermano, entra de un portazo en el salón y me mira con furia. Si pudiera matar con la mirada, ya estaría cavando mi propia tumba.

—¡Me importa una mierda que seas el mejor amigo de mi hermano, no sé qué cojones ocurrió entre April y tú, pero ya te puedes alejar de ella! ¿Qué diablos quieres entrando otra vez en su vida pedazo idiota?

Sus palabras resuenan en mi cabeza con fuerza. Como un eco frenético que despierta mis emociones, como un rayo impactando en mi mente, electrocutando mi sentido común.

—¡A ella! —Mi respuesta la descoloca. Sin embargo, continúo hablando. —Lo admito, la cague hace años. No sabes absolutamente nada. No sabes que la busque, te juro que lo hice. Lo hice durante años, pero ella desapareció de la ciudad, de las redes. Joder, del puto mundo. Y lo poco que supe de ella, fue años después que su familia había fallecido en aquel fatídico accidente.

—No me importa los motivos que tengas. No puedes, no cuando ella está empezando a ser feliz. ¡No puedes aparecer después de tanto tiempo! No sabes cuánto tardo en volver a sonreír. No sabes nada de lo que sufrió en silencio —estalla con la voz agitada y sus ojos vidriosos.

Un amargo dolor se instala en mi pecho.

—Calmaros los dos —Kenneth intenta suavizar la situación, pero mis palabras salen sin control.

—Puedes llamarme que soy un egoísta, sí. Soy un capullo, ya lo sé —alzo más la voz, intentando dar más importancia a mis palabras —Quiero tenerla en mi vida, a mi lado. Reparar el daño que hice. Ayudarla y apoyarla. Me da igual la manera que sea, como si me quiere a una milla de distancia. Solo quiero volver a su vida. Aunque este casada y tenga hijos. Aunque tarde años en perdonarme. Quiero estar allí para ella. Solo eso, joder. Si te parezco un imbécil, de acuerdo. Pero, nunca pongas en duda mis intenciones con ella.

Colisión entre dos galaxias © (En físico) A.S. 1 🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora