Gotas de tinta

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- ¡¡Por dios, porque te cuesta tanto estar derecha!!- Grito un hombre alto con un sombrero de copa negro, esos gritos estaban dirigidos hacia Nicole una chica de 12 años que adora tocar el violín pero sus padres quieren que sea una violinista profesional.

-Lo siento, pero me duelen los dedos ya llevamos 2 horas así ¿Puedo tomar un descanso?- Dijo ella con una voz sollozante,la pequeña niña ya estaba cansada de tocar,solo quería un descanso. El hombre la miro con desprecio pero dejó que tomará un descanso.

Nicole estaba en su habitación escribiendo los diálogos de una película que le gustaba mucho, pero cada vez que sentía que sus padres subían las escaleras fingía estar escribiendo partituras, aunque había dejado de hacer eso hace 4 semanas

-Terminó el descanso señorita-Dijo el instructor mientras tiraba la hoja en donde Nicole estaba escribiendo, ella se levantó y volvió al salón, donde volvió a practicar el mismo acorde por otras 2 horas más

-Alessandro, ya puedes irte,muchas gracias por enseñarle cada día más a nuestra hija- Dijo la madre de Nicole mientras le pagaba con un fago de billetes de 100.-Oh no es nada,su hija es muy educada- Dijo el instructor,el hombre miraba a Nicole con una cara de burla mientras se iba de las casa.

-Madre...Mañana ¿puedes no llamar a Alessandro?- Murmuro Nicole mientras desviaba la mirada,su madre la miro con un aire de soberbia y entre risas le respondió.

-Que?! No,no, tu mañana tienes que seguir practicando para cumplir tu sueño de ser violinista-Nicole la miro atónita ¿Su sueño? Ese era el sueño de su madre no el de ella,igualmente no respondió nada porque sabia que si ella llegaba a abrir la boca,seguramente terminara castigada sin libros de escritura.

-Esta bien...Perdón por las molestias- Murmuro ella mientras se iba nuevamente a su habitación para seguir escribiendo los diálogos de esa película que tanto le gustaba.

Entre cuerdas y tintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora