Son solo recuerdos.

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Cuando llegaron al cementerio, Nicole se acerco a sus abuelos paternos.

-Hola cariño...Estas muy grande-Dijo la abuela de Nicole mientras le tapaba los ojos, ya que estaban trayendo el ataud con Ahmet dentro, Charlotte le dio a Nicole un violín y le susurro al oído

-Toca- Esas palabras fueron una orden, Nicole ajustó el arco y comenzó a tocar, Nicole no podía llorar en el propio funeral de su padre. Derrepente todo fue oscuridad ¿Nicole se había desmayado? No.... Simplemente el amante de Charlotte había golpeado a Nicole con el estuche del violín, Los padres de Ahmet agarraron a Nicole y la cargaron en brazos para alejarla de su madre. -Charlotte! No es apropiado que traigas a tu amante en el funeral de mi... Mi hijo!-Dijo Hamza, el padre de Ahmet, todos en la familia de Ahmet eran muy idénticos, todos con un cabello pelirrojo algo rosado y con una piel morena, haciendo que Nicole fuera bastante parecida a su padre.

Al terminar el funeral, Nicole volvió a su casa, allí se sentía una vibra pesada, esa casa estaba llena de recuerdos, Ahmet resonaba en cada habitación, eso rompía emocionalmente a Nicole, ella solamente tenía a su padre, la única persona en quien ella confiaba, ahora simplemente no estaba. Charlotte tampoco colaboraba, apenas llegaron del funeral comenzaron a beber alcohol, terminando ebrios, ella y su amante en poco tiempo, habían comenzado a ser violentos, golpeando las paredes y pateando todo a su paso. -Solamente te digo la verdad, esa cosa tuya no la quiero aqui- Dijo el amante de Charlotte mientras miraba sin mucho disimulo a Nocole -Yo tampoco la quiero aquí- Murmuro la mujer antes de tomar un shot de vodka.

-Ya me voy a dormir...-Murmuro Nicole antes de irse a su habitación, la habitación estaba llena de telarañas y tenía un fuerte olor a humedad, las flores que habían allí estaban marchistas luego de haber pasado unos meses sin ser regadas "Que deprimente... No me gusta esta casa, no se siente comoda" Pensaba Nicole con cada paso que daba, la habitación estaba oscura, la luz se había roto hacia poco y no se habían tomado la molestia para cambiarlo. Las telarañas llenaban la habitación, era obvio que nadie se había molestado en siquiera abrir las ventanas, o limpiar un poco, Nicole era totalmente invisible allí, nadie había notado que se había ido es más, solamente pensaron que tal vez, estaba en la casa de alguna amiga, aunque sabían bien que Nicole no tenía ni siquiera una amiga.

-¿Elizabeth? ¿Ya te vas a dormir? Deja que te de las buenas noches- Gruño Charlotte, la voz de la mujer tenía un tono desganado, como si nisiquiera quisiera hablarle a su hija-"¿Como? ¿Se dignó a subir a mi habitación? Seguramente esta ebria" Pensó la chica, la puerta de abrió y allí estaba Charlotte con un asqueroso y nauseabundo olor a licores caros, y alguno que otro más barato. -Buenas noches mi niña- Se despidió Charlotte mientras arreglaba la manta para que su hija durmiera bien, aunque lo único que lograba era hacer sentir incómoda a Nicole.

Entre cuerdas y tintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora