prólogo

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Mi padre, cuando era joven era director de orquesta, lamentablemente a mis quince años sufrió un derrame cerebral y falleció días después.

Tres años an pasado, y siempre quise ser lo que mi madre soñaba para mí, cantante de ópera.

Mi madre era mi maestra y la mejor de todas, pero cuando decidí tomar camino a la cuidad, no estaba muy segura de ello.

Escuche sobre la ópera de la plaza, una vez al mes se da un gran show donde muchos artistas destacan con sus especialidades.

Pero hay muchos rumores que se difunden.

Algo está mal con esa ópera.

Posiblemente mueras si haces mal la presentación de ballet.

El fantasma de la ópera.

El fantasma de la ópera es el más popular y del que más se habla.

Muchos creen que aquel fantasma hizo caer los candelabros sobre el escenario una vez la obra de ballet salió terrible.

Todos murieron.

El fantasma acostumbra quedarse hasta la media noche mirando asia el escenario.

Lleva una máscara del lado izquierdo de su rostro; nunca quites su máscara o puede que no vuelvas a ver la luz del día.

Aún que no voy por el ballet me da mucho miedo.

—ella es la cantante principiante, solo no la molesten tanto.

De veras este maestro no tiene ganas de trabajar.

Me sentí muy excluida durante las clases, y al parecer no era tan buena como pensaba.

—te falta práctica.

Desde los cinco años, llevo practicando desde los cinco años y resulta que siempre lo he hecho mal.

Este día azul fue el peor de todos, llegue a mi habitación totalmente cansada de tantos gritos, de ahora en adelante pertenezco a la ópera.

Cuando entre a mi habitación me senté frente a mi tocador, cepille mi cabello con suavidad mirándome en el cristal.

Amarre por un momento mi cabello para lavarme la cara en el baño, y cuando regrese frente mío había una rosa con un listón negro y junto a ella unas partituras de piano.

Quizás no las ví, quizás alguien las dejo como bienvenida, la guarde en el cajón y me dirigí a mi nueva cama.

En verdad quiero subir al escenario y cantar con todo mi corazón, quiero brillar como lo hacen las demás.

Pero aún así, todo mi esfuerzo fue en vano, an pasado muchos meses y una estudiante de ballet se ha vuelto mi mejor amiga, aoi, ella es muy linda.

—nos vemos mañana nene-chan—se despidió dejandome en la puerta de mi habitación.

—hasta mañana.

Y otra rosa con un listón negro apareció, solo que esta vez no fue en mi tocador, fue en la almohada blanca de mi cama.

Son muchas las que tengo y por alguna extraña razón no se marchitan, he decidido conservarlas.

Abrí una caja metálica que tenía guardada y empecé a quitar pétalo por pétalo dejándolos caer en aquella caja.

No quite el listón de los tallos, los envolví en una tela y los guarde en la caja, deje la caja bajo mi cama.

Ahora que el sol se puso y la luna volvió a sustituirlo, tenía una lección, era ahora o nunca pero al igual que las veces anteriores no estaría en el escenario.

—lo siento, espera al siguiente mes.

Las luces se apagaron y yo caí de rodillas, otra había fallado, nunca puedo hacerlo bien...

Estaba sola y hacia mucho frio, mis manos temblaban mi lágrimas cayeron al suelo mientras miraba al mismo.

El sonido del cristal rompiéndose hizo que me levanta, el gran candelabro del escenario estaba rompiéndose, y empezó a caerse.

No llegaría a salir, se estaba callendo muy rápido, corrí mucho y cuando senti que el cristal más grande que ví caería sobre mi...

Me encontré parada en una de las partes superiores del público, donde la gente importante disfruta de la ópera.

Y frente a mi, encontré al fantasma, lo reconocí por su máscara y su cuerpo casi transparente.

—por poco, casi mueres ahí abajo.

Se dirigió a mi con una sonrisa tomándome de las mejillas.

—limpia tus lágrimas, que de ahora en adelante te daré clases exclusivas ¿te parece?

—he notado que no has salido al escenario este año, necesitas mejorar así que aquí estoy.

—mañana, ve a la habitación del dueño y entra.

—a las diez de la noche

Nunca he visto al dueño salir de su habitación.

Unas orbes flotaban a su lado, se acercaron tanto a mi que cerré los ojos por el miedo, y cuando los abrí el fantasma se había desvanecido dejando en el suelo unas partituras.

Y una rosa con un listón negro.

Obra Musical || hananeneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora