Entre el sol, la estrella y la fama

Capítulo 2

Tú no quisiste antes, ahora yo no quiero.

Ya no era aquel alegre niño que jugaba con su consola o que pintaba como loco retratos. Ya no tenía su carita dulce y tierno que parecía de porcelana, ahora su rostro era marcado, más masculino, bien perfilado y sus ojos cual serpiente finos y oscuros. Su voz era gruesa pero suave, era diferente a la que había escuchado en televisión.

Sirius no sabía que era peor si que Regulus lo sacara a patadas o su indiferencia así él.

— No vinimos a eso, Reggie. — pronunció en un susurro.

— ¿Entonces qué hacen aquí? — preguntó con aburrimiento. — Señor Wilson, solo quiero recordarle que no puede meter extraños a mi trailer.

— Pero es algo que tiene que ver contigo y luego son familia. — digo con sencillez.

— Por favor, señor Wilson. Sea respetuoso con el Señor Black. — ahora tenía agregado una nueva cosa que odiaba, que regulus lo llamará "señor Black".

— Reggie, por favor. — dijo con la voz entrecortada.

— No diga eso Señor Black. Disculpe a él señor Wilson por ser tan irrespetuoso. Señor Wilson recuerde que el Señor Back odia que lo relacionen con la gente que comparte su sangre. — hablo sin importancia pero Regulus lo decía con maldad y James lo sabía.

— Oh. — Solo con simpleza y verdadero arrepentimiento el director. — Lo siento mucho, Sirius.

— No importa. — dijo con la voz entrecortada.

Se sentía el ambiente pesado, se sentía horrible. Asfixiaba a todos.

— Bueno, como dijo el señor Wilson, estamos aquí por algo relacionado contigo. — James se metió en la conversación levantándose del sillón acercándose a Sirius pasar su brazo sobre su hombro.

A regulus se le cortó la respiración por unos segundos.

Ahí está él.

Había crecido bastante desde la última vez que lo vió. Su pelo ondulado tirándole al chino ya no era corto ahora era más largo y cubría sus orejas. Su cara era más masculina al igual que su jodido cuerpo, puesto que sus hombros eran anchos y se veía que hacía ejercicio por lo menos cuatro veces a la semana, estaba su piel, ni se volvió más oscura ni más pálida, seguía siendo la misma piel morena o como su pequeña versión decía "piel acaramelada". Sus ojos, sus malditos ojos cafés que eran cubiertos por unos lentes circulares dorados Y luego estaba su maldita barba, no era grande ni en forma de candado, si no, que tenía bigote y su barbilla contaba con vellos perfectamente recortados.

Se veía horrible ante los ojos de regulus.

Quería matarlo a él y a Sirius.

Él había pasado años intentando olvidarlo todo y ellos venían y sus años de terapia se habían ido al carajo.

— ¿Así? ¿Ustedes qué harían aquí? Tengo entendido que solo son cantantes. — pronunció retadoramente acercándose a James con enojo.

— Así que haz investigando. — dijo juguetonamente mientras se acercaba más a Regulus.

Oh, eso sí no.