Capítulo 3

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El día pasó Budo estaba raro al llegar y lo primero que hizo fue sentarse en un árbol en el patio frente a la fuente hasta que llegó Taro:

-Amm...¿y bien? –Se sentó a su lado–.

-Soy un idiota-.

-¿Qué pasó ayer?-.

–Suelta un suspiro– Agh, quedé en ridículo.......Le gusta alguien más. No sé si pueda volver a verla a la cara-.

-¿Y...te dijo quien le gustaba?-.

-Ah? ¿¿Eso importa??-.

-Ah perdón-.

–Le llega un mensaje a su celular– Ahg, genial otra vez esa loca-.

-¿Quién?-.

-Esa chica la que me prohibió acercarme a Yan-Chan-.

-¿Le diste su número? ¿Cómo lo consiguió?-.

-Me preocupa más por como haré en la tarde cuando tenga que ver esa linda y tierna carita.......de seguro debe odiarme-.

-No digas eso amigo-.

Le llega otro mensaje a Budo que decía esto:
Necesito hablar contigo en persona ve al último salón del segundo piso, AHORA.

-Oye Taro, tengo que irme, nos vemos más tarde –Se levanta y acelera el paso hasta donde dijo esa chica–.

-Bien.., nos vemos-.

Deja a Taro, mientras parece un gato:

Taro caminaba por los pasillos sin rumbo aparente, cuando pasó por el salon en donde va Ayano y la veía como una modelo traída directamente desde los dioses

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Taro caminaba por los pasillos sin rumbo aparente, cuando pasó por el salon en donde va Ayano y la veía como una modelo traída directamente desde los dioses. Hasta que se da cuenta que ella lo está mirando y se avergüenza y le habla a su amigo que estaba ahí mismo:

-Hayato –Hayato estaba hablando con sus compañeras– (y esa es la historia de como-) -Hayato (conseguí mi ibi) -¡Hayato! (¿No es adorable?) ¡¡Hayato!! -Hasta que por fin le escucha y voltea-.

-Eh? Ah lo siento chicas, mi amigo Taro me necesita-.

-Senpaihhh❤️~ –Suspiran y dicen las chicas–.

‐Hey ¿Qué haces aquí Taro? –Se lo pregunta afuera del salón–.

-Necesito hablar contigo, es urgente-.

-Te escucho-.

-Ahmm pero aquí no, vayamos a otro lado-.

Taro se adelanta y Hayato lo sigue. Llegan a un lugar más privado; el baño.

-¿Y bien? -Dice Hayato-.

-Da un suspiro- Agh, me gusta Yan-Chan...-.

-¿¡Qué!? ¿¡Estás loco!? ¿Budo sabe? No, claro que no, ¡Te mataría si supiera!-.

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