Winnie Wood y Joshua Grey son dos mundos completamente diferentes sin nada en común aparentemente pero todo cambia cuando por un contrato y una pandemia mundial sus mundos chocan.
Una escritora en ascenso a la fama huyendo de su desastroso pasado un...
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Winnie wood
¿Alguna vez pensé tratar de burlar la seguridad de un supermercado? La respuesta es clara y solo dos letras NO.
—En serio te ves ridícula.
El chico a mi lado me ve de pies a cabeza. Bien creo que exagere.
—Solo tenemos hoy para comprar todo y como es muncho tenemos que entrar los dos anque solo se permita una persona, así que tenemos que parecer no sospechoso.—hablo mientras me quitó los lentes negros.
—Claro, no te ves para nada sospechosa. -- no le tomo importancia a su tono irónico.—esto es un caos.
Ambos vemos como una mujer de mediana edad se pelea con otra por un paquete gigantes de rollo de papel.
—Creo que el confinamiento está sacando lo peor de nosotros.
me ve fijamente como si tuviera un tercer ojo.
—Apenas llevamos semana y media .
Levanté mis manos en señal de que no sabía qué decir, tomé el carrito y caminé hacia la otra entrada del supermercado. Que empiecen los juegos del hambre.
Nunca imaginé vivir una pandemia pero tampoco imaginé ver a personas pelearse por arroz o por papel higiénico. Después de que me tomaran la temperatura y el aparato diera su bonito verde y mis manos sufrieran por el gen antibacterial entre a la tienda donde había de todo un poco estaba los que peleaban estaba el guardia que regañaba unas personas que usaban mal el cubre bocas y estaba incluso un guardia diciendo por qué no podían entrar sin cubre bocas.
Si no veo no pasa.
Mi paso fue directo a asia el pasillo de dulces y golosinas que por mala suerte estaba cerca de el pasillo de verduras y frutas algo in logico lo nutritivo y lo nada nutritivo. tome mis provisiones para un par de semanas o un poco más no sabía cuándo volvería a venir pero sabía que no podía tomar tantas cosas, no quiero parecer como esas personas que salen en las noticias que toman como si fuera una apocalipsis zombie, negué con la cabeza. Teniendo lo que me importaba estaba lista para comenzar a buscar lo que venía en mi lista.
Mi memoria de pez lo pedía.
Frutas. Verduras. Pan. Carnes. Especias.
Esta no era mi lista, ni mi letra siquiera. Mi memoria me lleva a cuando estábamos discutiendo y cada uno agarró su lista antes de entrar al auto.
Busco mi celular y después de buscar por la lista de contactos y no encontrar ningún indicio de un número de el maldigo por recordar.
