1.El Chico En Calzoncillos

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                                                                              Winnie wood

La incomodidad de sentir la tela que cubría mi hombro mojado por las babas de un extraño eran la causa de que mi vista estuviera fija en el cartel de señalamiento de color rojo y parpadeante. La azafata estaba preparando su discurso de despedida.

     —El clima de hoy es agradable en la bella ciudad que nos espera lista para recibirnos, su hora local es 12.15 del mediodía.

Deje de escuchar su discurso barato cuando la luz roja cambió a verde y cuando por fin nos dieron la señal de salir me levanté de prisa tomando mis cosas y sin importarme darle un buen golpe con mi hombro al desconocido que durmió más de medio vuelo tranquilamente en mi hombro.

«Tan cómodamente que la marca de su baba está en mi suéter»

Cuando la brisa algo fría tocó mi piel me permití soltar un suspiro y tomar aire puro. Mi nariz sufrió gracias al mal olor del desconocido que tuve que soportar por 5 largas horas y 45 minutos.

Con mi mochila y mi celular bien agarrado caminé por todo el aeropuerto buscando la tira de maletas. Pero después de verla correr por varios minutos y no ver mi maleta, el pánico empezó a burbujear dentro de mí y empecé a rascar mi brazo cubierto por la tela de mi suéter justo cuando sentía que podía salir sangre de mi brazo. Mi maleta por fin hizo su entrada triunfal sin esperar más la tomé.

Pero ¿por qué mi maleta está más pesada? Mucho pero mucho más pesada. Mi vista la analizo completa hasta que cae en esa pequeña pegatina de calavera.

Mi maleta no tenía esa pegatina. Alguien en el maldito aeropuerto posiblemente tenía mi maleta o quizás mi maleta está perdida por ahí y yo tengo la maleta de alguien en mi misma situación.

Congelada en medio aeropuerto pensando que tan malo es que no tenga mi maleta. Sin duda la imagen de mis bragas con dibujos de comida y de algunas caricaturas me hacen pensar que sin dudas necesito encontrar mi maleta.

Caminar como estúpida por todo el maldito aeropuerto con una maleta que no es la mía, no era mi plan. Gracias al soporte del maldito aeropuerto, cuando solo me dijeron que tenía que esperar 48 horas para reclamar mi maleta, no tenía 48 horas.

Después de haber asustado a una anciana y a un pobre hombre por la similitud de sus maletas con la mía, recuerdo el localizador que mi hermana me sugirió ponerle y hasta me obsequió como regalo de despedida.

Al terminar de chillar y empezar a llorar por el estrés de no entender la app y obligar a casi a explicarme detalladamente de nuevo en una llamada logro tener acceso al mapa y ver como mi maleta se mueve por el aeropuerto. Sin importarme despedir de casi cuelgo la llamada y corro con el celular en mi mano y la maleta del extraño en mi otra mano. Justo cuando mi maleta parece moverse más rápido, la pantalla es iluminada por la notificación más escalofriante 15% de batería. Corro por todo el aeropuerto y justo cuando mi maleta está cerca de mí veo como el posible dueño de la maleta a mi lado está parando un taxi en la puerta principal del aeropuerto sin pensarlo dos veces más, doy mi último aliento y chocó con él haciendo que su café el frío manche mi suéter.

Hasta Que La Pandemia Nos SepareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora