Mi corazón dejo de latir. Estoy con nuestros recuerdos, con nuestros momentos, recordando, intentando saborear una vez más tus besos, rogándole a mi memoria que nunca pierda ni un sólo detalle de ti.
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Las clases habían concurrido con normalidad, ya era la hora de salida y todos los estudiantes salían por las puertas de salida
Armin y Eren salieron juntos ya que ambos tenían que ir a trabajar, como de costumbre Eren se quejaba de su trabajo
—¿Como es que puedes estar tranquilo Armin? – preguntó eren mientras se subían ambos al auto del Rubio– ¿como es que te gusta ir a trabajar siempre con esos loquitos?
— Eren, no son personas locas solo son diferentes al resto de las demás personas– dijo mientras comenzaba a conducir, eren se recostó en el asiento del copiloto haciendo varios quejidos– si no te gusta el trabajo ¿porque sigues trabajando? Tu carrera no es sobre cuidar pacientes ni nada por el estilo
— Es por mi padre, el quiere que sea igual que el e igual que mi hermano – se quejaba mientras miraba triste por la ventana–
— Ya veo.. Eren creo que deberías ser sincero con tu padre – eso capto la atención de Eren, quien lo volteo a ver de una manera interesada – simplemente dile que no quieres seguir sus pasos
— suena sencillo hacerlo pero es muy complicado – replicó cruzandose de brazos – mi padre es muy irracional, jamas lo comprenderia
—No lo sabrás si no lo intentas.
El tiempo paso rápido, al fin habían llegado al hospital. Ambos bajaron y vieron en la entrada a una peculiar pelinegra quien traia en su mano como de costumbre un cigarrillo
Armin sonrió al verla, tal vez seria porque se veia linda ese día. Traía puesto un Conjunto en color Azul cielo, constaba de una pequeña chaqueta con botones dorados, y una pequeña falda lisa, su cabello estaba suelto cosa que la hacia resaltar mas.
Eren y la pelinegra cruzaron miradas, cosa que de inmediato hizo que el ambiente se tornará un poco pesado, hace una semana esos dos habían discutido por lo descubierto
— Hola kenna – Saludo– me alegro que vinieras a trabajar.
—¿Crees que estoy aquí por gusto? – dijo mientras tiraba el cigarro que traía en la mano–
Eren no quitaba la vista hacia la pelinegra, cosa que Armin noto, se empezó a preguntar ¿ambos se tendrán un odio? O ¿tendrán la necesidad de agarrarse a golpes?
Anteriormente kenna, en el departamento había dicho que tuvo una discusión con Eren y era por eso que la pelinegra se había desaparecido toda una semana
—Armin, ¿podrías adelantarte? – dijo el castaño–
Armin confundido acepto retirarse, solo volteo hacia atrás para ver lo que pasaba, kenna tenia un semblante serio como si estuviera molesta
—¿Qué quieres ahora Jaeger?– preguntó Kenna–
—Necesitamos hablar, Ackerman–dijo Eren con firmeza– Es sobre tu Leucemia
