El sol apenas comenzaba a asomarse por la ventana, la noche anterior había sido mágica, llena de pasión y momentos compartidos que habían fortalecido aún más su vínculo.
Arnin fue el primero en levantarse, con una pequeña sonrisa en su rostro y un brillo en sus ojos. Jamás había imaginado que pasaría así la noche con Kenna quien aún se encontraba profundamente dormida
Armin se dirigió al baño y se ducho de manera rápida, después se dirigió a la cocina y comenzó a preparar el desayuno. Podría deducir que a kenna le encantaban los panqueques pero conociéndola seguramente no le agradaría la idea de comer panqueques, pero decidió sorprenderla con una pila de ellos, les colocó miel y frutas
Mientras tanto, Kenna se había despertado porque el celular de Armin comenzó a sonar, la pelinegra busco con la mirada para encontrar a Armin pero no estaba, Kenna toma el celular y miró la pantalla. El nombre de "Annie" brillaba en letras grandes.
Con una sonrisa traviesa, kenna deslizo el dedo para contestar
—Hola, Annie– dijo con un tono de burla apenas disimulado–
—¿porque tienes el celular de Armin?– preguntó Annie, su voz tensa al otro lado de la línea–
—Oh, ¿no te lo había dicho Armin? Pasamos la noche juntos –Respondió kenna, disfrutando el silencio de Annie–
La risa de kenna lleno toda la habitación mientras colgaba el teléfono.
La ojigris se levanta de la cama para darse una ducha rápida, se puso una camisa de seda en color negro, lo adornaba con un enorme moño negro cubriendo su cuello, sobre esa camisa se coloco una chaqueta de un azul pastel, acompañándola con una falda del mismo color que le llegaba un poco más abajo de las rodillas y su cabello lo peino en una media coleta con algunos mechones sobresaliendo
Kenna entro a la cocina sosteniendo el teléfono de Armin, la vista que veía la dejo sorprendida. Armin, con un delantal y una espátula en la mano, volteando panqueques en el aire. No pudo evitar sonreír al verlo tan concentrado en su tarea, el rubio la voltea a ver y también le sonrie
No paso mucho tiempo antes de que el celular de Armin volviera a sonar. Esta vez, Kenna no pudo evitar reír al ver el nombre de Annie nuevamente en la pantalla.
—Annie, que sorpresa –dijo kenna, su tono de burla era aún más evidente– ¿no te quedó claro la primera vez?
—No estoy hablando contigo, Kenna –respondió Annie, se notaba la frustración de su voz– pasame a Armin
Kenna miró a Armin, quien había estado observando la escena con una mezcla de confusión y sorpresa, no sabía el porqué Kenna traía su teléfono. La pelinegra le pasó el teléfono y aún tenía esa sonrisa en su rostro
—Hola Annie, ¿que pasa? –dijo Armin, tomando el teléfono, apaga la estufa y busca un lugar más privado para la conversación –
—Armin, ambos tenemos el día libre en la clínica, ¿podríamos pasar el día juntos? –propuso annie, su voz era suave y persuasiva– al menos podríamos intentar volver a ser amigos, se que antes de terminar te había dicho que no quería volver a saber nada de ti pero me arrepentí. Al menos tengamos una amistad como antes
Armin se quedó en silencio por un momento, considerando la propuesta de Annie. Sabía que no era una decisión que debía tomar a la ligera
Lo que Armin no sabia era que Annie tenia un plan en mente, dias antes la rubia había escuchado la pequeña discusión de kenna y eren acerca de su enfermedad, los celos de Annie eran excesivos a pesar de que ya no era pareja de Armin, su propuesta de amistad no era más que una estrategia, un primer paso en su plan para hundir a Kenna y recuperar a Armin
—Lo pensaré, Annie – respondió armin finalmente, su voz era firme pero gentil– no puedo prometerte nada, pero lo pensaré
Annie se quedó en silencio al otro lado de la línea, su plan parecía estar funcionando. Pero Armin, ajeno a sus intenciones, colgó el teléfono y volvió a donde kenna le esperaba
Al regresar a la cocina, Armin encontró a kenna atragantandose con los panqueques. Rápidamente, le paso un vaso de leche y le dio unas palmaditas en la espalda hasta que pudo respirar con normalidad
Kenna, aun recuperándose, miró a Armin con unos ojos brillantes, jamas en su vida había visto a alguien así
—Arlert, estos panqueques son increíbles, jamas los había probado – dijo, con su voz llena de admiración– aparte de ser estudiante de psicología, ¿alguna vez consideraste ser Chef?, fácilmente podría contratarte como mi chef privado
Armin río ante el cumplido, su rostro se ilumino con una sonrisa orgullosa
—Gracias, Kenna –respondio– pero creo que prefiero hacer panqueques solo para ti
Después del desayuno se prepararon para irse a la Universidad, Kenna tomó las llaves de su auto y ambos chicos subieron al carro de la pelinegra
Al llegar a la Universidad, se despidieron
—Nos vemos después de clases –dijo Armin, dándole una leve sonrisa–
Kenna no dijo nada y se dirigió a su edificio para tomar una de sus clases, por otro lado Armin se encuentra a Eren
—Hola, Armin –Saludo el castaño, se podia observar que el rostro de Eren Lucía demacrado–
—¿que te paso? –cuestiona Armin–
—Mi padre me hizo trabajar doble turno, el idiota de Jean no se presentó porque se enfermo –dijo el mientras se talla uno de sus ojos intentando mantenerse despierto–
Eren a pesar de estar cansado de la vista, pudo notar algunas manchas rojas al rededor del cuello de Armin , entrecerro sus ojos para mirar bien aquellas manchas, cosa que armin lo mirara de manera extraña
—Eh, Armin –dijo Eren, mirándolo detenidamente – ¿que son esas marcas en tu cuello?
El ojiazul se puso nervioso al instante, sabiendo perfectamente que esas marcas eran el resultado de la noche de sexo que había pasado con la pelinegra. Intento disimular, subiéndose el cuello de la chaqueta para cubrir las marcas.
—Incluso traes la misma ropa de ayer– dijo sin apartar la vista de su amigo, quien se estaba poniendo rojo–
—Oh, esto... no es nada, Eren –respondió armin, intentando sonar casual– solo son piquetes de mosquitos
Eren cruzo los brazos y miró a armin con una sonrisa astuta y coqueta, el sabía perfectamente que esa solo era una típica excusa cuando te hacen chupetones.
—Vamos, Armin –dijo– se que hay algo que no me estas diciendo
Armin se ruborizo, sintiéndose cada vez más incómodo inquisitiva de Eren
—Realmente, Eren, no es nada –insistió, pero su voz temblorosa decía lo contrario–
—Entonces... ¿si coge bien Kenna? –Eren soltó una carcajada y le dio una palmada amistosa en la espalda de Armin – ¿te lo dije cierto? No me sorprende que sean de esos que cogen en todos lados
—Déjame en paz, Eren –dijo Armin cubriendose con ambas manos su rostro ocultando su vergüenza–
Eren y Armin caminaban juntos, el ojiverde no dejaba de reirse de su amigo, a pesar de todo si que había disfrutado esa noche y obviamente quisiera repetirla
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You Never Know | Armin X Oc
CasualeMi corazón dejo de latir. Estoy con nuestros recuerdos, con nuestros momentos, recordando, intentando saborear una vez más tus besos, rogándole a mi memoria que nunca pierda ni un sólo detalle de ti.