Capitulo 4: De regreso con un conocido

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Narra Sebastián:

Tenia a mi princesa dormida en mis brazos, es tan cálida ,tuvo un día de emociones fuertes, mire la pila de libros que había traido,todavia no los leyó, me levante del sofá, la tome en mis brazos. Me acerque a la cama y la deposite delicadamente en ella, le cambie de ropa, la arrope dándole un beso de buenas noches.

Sali hacia el balcón, me acerque a la mesa, tome uno de los libros que había tomado, por curiosidad lo ojee. Contaba la historia de su padre, antes de que ella naciera.

"Vaya, mi suegro hizo cosas interesantes".- Pensé pasando las paginas.

Seguí ojeando los demás libros, leí la carta que había hecho llorar a mi amada, terminando de leerla la doble y la guarde, volví adentro, me saque la ropa para estar mas cómodo y me acosté al lado de Katherine, puse mis brazos alrededor de ella, y le susurre en el oído.

"No te soltare nunca mi amor".

Quedándome dormido.

Narra Katherine:

Abrí los ojos, ya salió el sol, quise estirarme un poco pero algo me lo impedía, Sebastián tenia sus brazos alrededor mío, no podía sacar sus brazos, no quería desprenderse de mi, le acaricie el cabello suavemente e hizo una mueca de felicidad, al cabo de unos minutos abrió los ojos, se levanto un poco sin soltarme.

"Buenos días amor".- Dijo Sebastián sonriente.

"Buenos días Sebas".- Respondí sonrojada, me acerco hacia el con sus brazos.

"¿Te sientes mejor?".-Pregunto preocupado.

"Si, ya ando mejor Sebas".- Conteste con una sonrisa, me abrazo fuerte, me deje llevar por su abrazo.

"Ve a darte un baño, yo traeré el desayuno".-Dijo Sebastián con una sonrisa, a lo que asentí.

Nos levantamos de la cama y nos cambiamos de ropa, me dio un beso en la mejilla antes de retirarse de la habitación, por mi parte fui hacia el baño, llene la bañera y entre en ella.

Me incline hacia atrás, dejando que el agua me moje todo el cabello y la cara, ¿Ya habrá traído el desayuno? pensé, el ya no tenia que hacerlo, después de que se caso conmigo, tuve que darle su puesto a otro mayordomo con mas o menos la misma experiencia que Sebastián, ahora es mi esposo, ya no es mas mi mayordomo. Me siento muy feliz de tenerlo en mi vida, cuidándome desde que era una niña.

"Flashback"

Tenia setenta y ocho en ese entonces.

Era de noche, yo andaba en el jardín del palacio jugando con un peluche toda feliz, había escuchado un ruido que salía de los rosales y me había acercado a comprobarlo ,en ese momento no estaba bajo la supervisión de Sebastián, lentamente me acerque al ruido, y de la nada salió un animal salvaje, tenia miedo, el animal había destrozado mi peluche, salí corriendo lejos del animal pero este me siguió, me estaba mirando con odio, temiendo lo peor cerré los ojos, dé repente no escuche mas los gruñidos, abrí los ojos y estaba Sebastián mirándome molesto.

"No debe alejarse de mi vista, mi lady".- Dijo mirándome enojado.

"L-oo sien-too".- Respondí mirando hacia otro lado, a lo que aflojo la mirada, se agacho a mi altura y puso su mano en mi cabeza.

"Ya no hay peligro, no debe temer".- Dijo frotándome la cabeza tiernamente, rápidamente corrí hacia el peluche, el me seguía. Tome el peluche en mis manos y me largue a llorar, Sebastián tomo mi peluche y lo examino.

"Ese animal destrozo mi peluche".-Dije llorando.

"No llore, yo lo arreglare".- Respondió Sebastián agachándose ami altura y me miro sonriente.

No podía parar de llorar, todo por un peluche, pero era una niña.

"Míreme mi lady".- Dijo Sebastián estirando la mano, voltee a verlo estando un poco mas calmada, y de la nada aparecieron flores en su mano, me había quedado sorprendida por eso.

"Flores".- Respondí con asombro, sonrió y puso una de las flores en mi cabello. Alcé mis brazos hacia Sebastián, me tomo en sus brazos, con el peluche destrozado en mis manos.

"Volvamos adentro".- Dijo sonriente, a lo que asentí y volvimos adentro.

"Fin del Flashback"

Sali de la bañera, me seque y me vestí, saliendo del baño, me senté en el sofá esperando a que volviera Sebastián, al cabo de unos minutos llego con una bandeja y se sentó al lado mío, mire el desayuno percatándome de un pastel.

"¿Un pastel?".- Dije mirando a Sebastián, a lo que el sonrió.

"Lo hice para ti".- Respondió mirándome feliz.

"¿Porque?".- Dijo sonrojada.

"Quería animarte con algo dulce".- Respondió acercándose hacia mi, tomándome en sus brazos.

"Come conmigo".-Dije roja como un tomate, sonrió y acepto.

Una vez terminado el desayuno, me levante y camine hacia el escritorio con un espejo, tome la tiara que estaba en el mismo, me mire al espejo y me la puse.

"Que hermosa estas".- Dijo Sebastián mirándome sonriente, voltee para verlo con vergüenza.

"Tengo algo que hacer en el pueblo".-Respondí acercándome hacia el.

"¿Que es?".- Pregunto intrigado.

"Ir a un orfanato a darles el dinero de la caridad, y un poco de sangre".-Respondí con una con una sonrisa, se levanto del sofá y me abrazo.

"Te acompaño".-Dijo apretando el abrazo.

"Esta bien Sebas".-Respondí con una breve sonrisa.

Nos separamos del abrazo, salimos de la habitación para preparar todo para salir, ya teniendo todo preparado, fuimos en rumbo hacia el orfanato, la cuidadora del mismo nos recibió con una sonrisa, habiendo terminado del trabajo, unos niños se acercaron hacia nosotros todos contentos, dándonos unos dibujos que habían hecho, nos despedimos de los niños y de la cuidadora y volvimos al palacio, estando en nuestra habitación, Sebastián me acorralo contra la pared, trate de zafarme pero me tomo de las muñecas, dándome un beso apasionado, no me resistí y procediendo a besarme en el cuello.

"A-hh Sebas".-Dije gimiendo.

"No tengas miedo y déjamelo a mí, eres una buena chica ¿verdad?.-Susurro picaron en mi oído, asentí.

Me tomo en sus brazos y me deposito en la cama, continuo dándome besos en el cuello, puso mis muñecas encima de mi cabeza con una mano ,con la otra empezó a tocarme los pechos y a apretarlos suavemente, bajo su mano hacia mi abdomen, me quito el vestido dejándome en ropa interior, puso su boca en mi estomago llenándolo de besos y mini mordiscos.

"Tus gemidos son música para mis oídos".-Dijo sonrojado sonriente mirándome a los ojos, lamio mi estomago, seguimos así, llenos de pasión hasta que se hizo de noche, estábamos abrazados en la cama.

"Por cierto, tengo que decirte algo mi amor".- Dijo Sebastián levantándose.

"¿Que cosa Sebas?".- Respondí intrigada.

A lo que el mostro una carta.

"¿De quien es?".-Dije intrigada.

"Del conde Phantomhive".-Respondió con una sonrisa.

"¿Como supo para mandar una carta hacia aquí?".-Pregunte llevándome una mano a mi mentón, mire a Sebastián y confirme mi respuesta.

"Requiere de tu presencia amor".- Dijo contento.

"¿Porque?".- Respondí intrigada.

"No lo se, talvez querra conocerte".-Contesto con una breve sonrisa.

"Vamos a prepararnos entonces".-Dije feliz.

Nos cambiamos, preparamos una maleta, y con un carruaje de vuelta a Inglaterra, nos quedamos en un hotel, iríamos por la mañana.

Continuara...

Decir te Amo (Sebastián Michaelis) Temporada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora