Así, en el continente humano en la provincia de Ferritia, nació Devon Frizz, en una familia pobre pero que tenía lo suficiente como para pasar los días, junto a sus padres, Abigail y Norn Frizz.
–Ahí está, sano y salvo señores– Dijo orgulloso el doctor del pueblo.
–Cariño es un varón...– Dijo emocionado Norn.
–Estoy muy feliz...– Dijo en llanto Abigail.
Los días pasaron y aquellos padres esperaban con ansias desde sus primeros meses su primer cumpleaños, pues es ahí cuando se desvela el color real del cabello de los niños humanos.
–Estamos todos aquí reunidos para la celebración del primer año de vida de este niño, Devon Frizz, y descubriremos el nivel de su energía vital– Dijo el Obispo encargado de aquel pueblo– dicho esto, vamos al altar.
Los obispos son rangos inferiores a los Arzobispos, estos están repartidos por todos los pueblos y ciudades de las regiones.
–Bien, buena suerte pequeño, comencemos...– Dijo un poco preocupado– <<Que no sea azul medianoche por favor>>
El rayo del alba cayó sobre la cabeza de Devon quien estaba en el altar y comenzó a desprender brillo como si de un ángel se tratase. El niño reía y reía, hasta que el brillo se desvaneció y todos pudieron ver el color de su cabello.
–Oh...– Exclamó el padre sorprendido.
–Es... color vino...– Dijo el padre.
Todos comenzaron a celebrar rompiendo el silencio pues el niño tenía la vida resuelta, pues el color vino era el segundo color más fuerte tras el media noche.
–Estoy muy feliz cariño...– Dijo Abigail abrazando a su esposo.
–Podremos darle una buena vida a Devon, juntos– Respondió Norn.
Luego de un tiempo Abigail descubrió que Norn le era infiel y lo echó de la casa criando ella sola de Devon, siendo ella sola con tal carga en una región tan pobre como la suya, no tuvo tiempo para otra cosa más que trabajar por su hijo, sola, sin familia, pues es tradición humana irse de la región en la que se encuentren sus padres con su cónyuge y ni en diez años reuniría lo que costaba un pasaje para ir con sus padres. Así que tuvo que hacer hasta lo imposible para sobrevivir.
–Feliz cumpleaños Devi– Dijo feliz Abigail.
– ¡Muchas gracias mamá! ¡prometo que cuando crezca, te compraré una casa enorme en Kevek y nunca vas a necesitar trabajar de nuevo! – Dijo con emoción aquel niño inocente.
–Hijo por ahora disfruta el guber que te preparé– Dijo partiendo una pequeña tarta de zanahoria en dos.
– ¡Está delicioso mamá, me encanta la comida que haces! –Exclamó mordiendo aquella vieja tarta de zanahoria.
Ella comenzó a llorar sobre la mesa de madera.
– ¿Por qué lloras mami? – Dijo el niño un tanto confundido.
–No es nada cariño... – Dijo limpiándose las lagrimas de los ojos– Solamente me gusta mucho la tarta de zanahoria– Dijo lanzándole una sonrisa falsa a su hijo, cosa que bastaría para que él, sin conocimiento, siguiera comiendo.
La verdad es que ella debía mucho dinero a otras personas y ya no tenía que hacer. Mientras que ella se las arreglaba para conseguir unas pocas monedas de cobre para tener algo de comer, Devon tomaba clases en la escuela del pueblo.
–Entonces, ¿Quién me puede decir la jerarquía de los colores? – Preguntó el maestro de la clase.
– ¡ Yo Señor! – Contestó un niño.
ESTÁS LEYENDO
THE LOST LAND
FantasyEn la tierra de Kevek nace Devon Frizz, un niño humano quien tendrá que crecer en una tierra desigual y que odia a los suyos, pero hay muchos misterios, entre estos, que le pasó al Dios del tiempo y por qué traicionó a los otros Dioses, a lo largo d...