Capítulo 1

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La carreta se aleja del palacio o cueva, es una extraña combinación entre estas dos. Hoy es el día en que tendré la oportunidad de escapar. Hace tiempo que he vivido encerrada en ese horrible lugar, sin posibilidad de huir. Pongo la mano en mi vientre mientras sigo observando el camino. Todavía falta para que nazca, pero los seguidores de la bestia, prefirieron viajar antes. Dicen que su cría debe nacer en un sitio diferente y prepararán un ritual. Cuentan que si sobrevivo, también me regresarán al castillo. Aunque mi intención es fugarme, antes de que todo eso pase. No me importa lo que pueda salir de entre mis piernas cuando llegue el momento, lo único que me interesa es estar alejada de estos locos.

Es curioso estar embarazada de un monstruo que es gigantesco, pero no rememoraré el horrible momento del acto ni cómo me inseminó. Los locos manifiestan que fue un milagro mientras para mí solo fue una tortura. Pude haber muerto como todas las otras mujeres que fueron llevadas a sacrificar ahí, pero no ocurrió. Su chamán declaró que yo era la elegida para tener al bicho en mi vientre. Palabreríos que no me interesan, solo dejaron que una pobre mujer fuera violada por un animal. Aunque puedo asegurar que piensa, tiene conciencia, y es la cosa más horrible que existe, sobre todo cuando me mira.

Es aterrador.

Si es cierto que no me ha vuelto a tocar, pero me ha acechado tanto antes como después de aparearse conmigo. Para salir del palacio, los seguidores tuvieron que hacer varias maniobras, porque se enfadó mucho cuando me alejaron de él. Yo solo me alivié, no va a observarme más, no volveré a sentirme una presa, soy libre.

La carreta se detiene de manera forzosa, entonces me agarro del vientre, por el susto.

—¡Chunclucus! —grita el carretero.

—¿Qué?

—¡Caimanes, nos atacan! —le aclara al grupo.

Observo mejor, varios guerreros de una tribu nos rodean.

—¿Qué pasa? —consulto.

No estoy entendiendo nada.

—¡¿Tienen a la mujer, cierto?! —pregunta el que creo que es el jefe—. Entréguenla y prometemos no matarlos a todos. ¡Elijan!

—Es la hembra del Gran Señor, moriremos, si es necesario, moriremos por la sangre de nuestro monstruo, pero primero correrá la sangre de ustedes —recitan todos juntos como la extraña secta que son y sacan sus espadas—. ¡Oh, alabado Gran Señor del Averno, danos tu fuerza!

Mientras comienza la lucha, abro la puerta, bajando de la carreta. Veo sangre por todos lados, aunque no me afecta, ya he visto la muerte demasiadas veces. Aprovecho y corro en dirección al bosque para intentar huir de cualquiera que piense que soy un trofeo. Intento aumentar mi velocidad, cuando visualizo que el hombre que declaró mi captura, ya me está persiguiendo. 

¡Hola! Bienvenidos a La madre del monstruo, otra de mis historias cortitas

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¡Hola! Bienvenidos a La madre del monstruo, otra de mis historias cortitas. Decidí compartirla porque estoy a nada de terminarla. Sepan que mis capítulos son cortos, pero disfrutables. Espero tenerlos teorizando, pues esta obra se trata de confiar y desconfiar. 

¿Listos?

Los saluda, Vivi.

La madre del monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora