Siempre te amaré

La Boda

Win se removió incomodo entre las sabanas al escuchar perfectamente el sonido de su celular. Estaba seguro que aquella tonada llenaba la habitación, no era la que había escogido para su alarma, así que lo mas seguro es que le estuvieran llamando en esos momentos, pero, JODER, ¿Por qué tenían que llamarlo tan temprano?

— Win, tu celular.— escucho el reproche en la voz de la mujer que se encontraba acostada a su lado, la mujer con la que llevaba apenas un año de casado y la mujer que se convertiría en la madre de su primer hijo o hija.

— Lo sé, ya voy.— le dijo con voz queda para después tragar saliva e ir en busca de su celular que se encontraba en el tocador de Tawan, la morena que dormía en la misma cama que él.

Una vez que tuvo el celular en sus manos, verificó quien demonios lo molestaba a esa hora y cuando el nombre de su mejor amigo lleno la pantalla, no pudo evitar soltar un suspiro; por supuesto Gulf nunca tomaba en cuenta el cambio de horario. Pulsó el botón verde y antes de que pudiera decir algo, su amigo lo interrumpió.

— No creerás lo que ha sucedido Win.— la emoción en su voz era tan evidente, que incluso él estando tan somnoliento, no pudo evitar sonreír y sentir un poco de aquel sentimiento que dio por perdido hace más de un año.

— ¿Sabes? Por lo menos puedes disculparte por levantarme tan temprano.— le recrimino Win sin estar realmente enojado.

— Jaja, lo siento, siempre se me olvida que en Canadá es otra hora, pero esto no podía esperar.— le decía Gulf sin poder detenerse ni un segundo al hablar.

— Mew y yo ya tenemos fecha para la boda, por fin nos vamos a casar Win.— el mencionado no sabía si reír o llorar por la situación.

— ¿Solo para eso me despertaste? Creo que cuando te pidió matrimonio no estabas tan emocionado.— escuchó una risita al otro lado de la línea y después un suspiro.

— Bueno, es qué después de tanto tiempo, por fin podremos cumplir nuestro sueño de casarnos.—

— Ajá.—

— Y además... también quería pedirte un favor, claro, si tú quieres.— le aclaró, Win no dijo nada y simplemente esperó a que su amigo continuara.

— ¿Serías mi padrino? — la pregunta lo dejo un poco sorprendido.

— Gulf, eso...—

— Por favor, por favor.— le suplico su amigo.

— Eres mi mejor amigo Win, no podría pedírselo a alguien más.—

— Pero Gulf, sabes que la distancia no nos ayuda en estos momentos.— escuchó como su amigo soltaba un bufido.

— No me voy a casar mañana Win, será en tres meses.— le dijo soltando un suspiro.

— Recuerdo perfectamente que en nuestra última llamada, dijiste que estarías de regreso en dos meses, además, me lo debes Win.— le recriminó, el mencionado no pudo evitar soltar una risita ante el comportamiento de Gulf.

— No, no te rías. Tú ni siquiera me avisaste que te ibas a casar, tuve que enterarme por tu madre y eso solo paso porque la encontré de casualidad. Me sentí traicionado.—

— Jaja, ya te he perdido perdón por eso.—

— Pues no es suficiente.— Win puso los ojos en blanco.