Siempre te amaré

Let It All Go

Win

Hoy en la mañana decidí poner en práctica mis planes de conquista con Bright. Me aseguré de conseguir sus chocolates favoritos y anexe una nota expresando cómo me siento; sinceramente, no sé cómo haya resultado o cómo vaya a resultar mi plan, no lo he visto en todo el día y ni siquiera estoy seguro si en verdad se presentará a trabajar.

— Licenciado Win, tiene una llamada telefónica de su madre.— dice mi asistente desde el exterior, me he asegurado de tener la puerta abierta para poder ver todo lo que pueda suceder, y verlo pasar, claro.

— Gracias Wara, enseguida contesto.— le digo mientras levanto el teléfono de mi oficina para escuchar gritar a mi madre al instante.

— Te he estado marcando al celular desde hace varios minutos, pero no me contestas.—

— Lo siento mamá, he estado ocupado.— le digo tratando de sonar algo "agitado" para que no sospeche de mi respuesta, porque la realidad es que me la he pasado todo el día pensando en qué es lo que haré la próxima semana para convencer a Bright de que me escuche.

— Lo entiendo hijo, pero, ¿Y si se tratara de una emergencia? — suelta un suspiro, lo mejor es no comenzar una discusión con ella.

— Discúlpame, ¿Qué es lo que necesitas? —

— Tuve que llevar a Tawan al hospital porque tuvo un sangrado repentino.— dijo mi madre.

— ¡¿Qué?! —

— Tranquilo, solo quería que lo supieras, me dijeron que, de no haberla llevado a tiempo, pudo haber tenido a la bebé, pero ya que es prematura, sus posibilidades de vida eran casi nulas. Ahora ya está estable.—

— Voy para allá, ¿En qué hospital están? — le pregunté, y en cuanto ella me dio la dirección, prácticamente salí corriendo de ahí, no sin antes avisarle a Gulf para que cancelara lo de mi dichosa bienvenida, pues en estos momentos, lo que más me importaba era la salud de Tawan y de mi bebé. Y fue precisamente en ese momento, que las palabras de mi mejor amigo acudieron a mi cabeza.

"¿Qué pasará con Sharon? ¿Y tú hija? ¿O es que acaso ellas no te importan?"

Me importaban, claro que lo hacían, después de todo, Tawan era la mejor amiga que pude haber hecho cuando estuve en Canadá, las circunstancias nos llevaron a convertirnos en marido y mujer; y la pequeña que llevaba en el vientre, era mi hija. Una pequeña que quizás no habíamos concebido de la mejor manera, sin embargo, debería admitir que, a pesar de todo, me ilusionaba al saber que sería padre... pero también amaba a Bright, lo amaba más que a nada en todo el maldito y basto universo.

Tener este conflicto, ¿Me hacía mala persona?

Cuando Bright llegó a su oficina, no esperaba encontrar sobre su escritorio una caja de sus chocolates favoritos, se sorprendió bastante de aquella sorpresa y antes de que alguien más se diera cuenta, se acercó solo para confirmar que había una nota. Cuando la abrió y leyó el contenido, su corazón dio una voltereta dentro de su pecho para después apretarse dolorosamente; a veces eran increíbles los cambios tan drásticos que podía llegar a tener una persona, y más si se trataba de una emocionalmente inestable como él lo era en esos momentos.

— ¿Qué diablos planeas Win? — susurró en la inmensidad de su oficina mientras volvía a leer la nota.

"Te amo Bright, y sé que una caja de chocolates no es suficiente para que me escuches, pero te aseguro que haré cualquier cosa que esté a mi alcance para volver a estar a tu lado. Nuestro amor no ha terminado, lo sabes."