𝐅𝐋𝐎𝐑 𝐃𝐄 𝐂𝐄𝐑𝐄𝐙𝐎 [Roier X Tú]✓

⁴⁸ (²|³)

Después de algunas horas terminamos directo y ahora íbamos camino al hospital

—Me la pasé bien en mi último directo.— exclamé y me miró —Gracias por eso.—

—Es lo mínimo que te merecías flaca.— dijo y soltó un suspiró —Aún no puedo creer que te hayas retirado.—

—Tengo otras cosas en las que ocuparme.— dije como si fuera algo obvio

—¿Cuáles son esas cosas?.— cuestionó

—Tengo una lista de cosas que hacer antes de morir.— conté —Y quiero enfocarme en todo eso antes, vivir sin arrepentimientos.—

Pareció pensarlo un poco

—¿Puedo ayudarte en alguna de esas cosas?.— pregunto y simplemente negué

Había quedado con Roier qué haríamos todo eso juntos, no podía romper esa promesa

—Solo una cosa.— pidió —La que vos decidas.—

Empecé a pensarlo más a fondo, ¿habría algo que Roier se negaría a hacer conmigo?

—Saltar con paracaídas.— avisé y me miró mal

—¿Vos querés morirte? Creo que eso es re peligroso para vos por todo eso de tu enfermedad.— dijo

—Entonces no hay nada en lo que puedas ayudarme.— exclamé cruzandome de brazos

Justo llegamos al hospital así que entramos, caminamos hasta donde estaría la habitación de Ángel y entramos.

Mis ojos se abrieron completamente al verlo recostado conectado a muchos aparatos. Él solía estar caminando por todo el hospital, no así

—No me lo creo.— exclamó al vernos, sonaba débil y eso hizo que mi corazón se apretara —Si cumpliste.—

Ambos nos acercamos a su cama y Spreen puso su mano sobre el hombro de Ángel

—Me contaron que sos un gran fan de los streamers.— exclamó y el otro simplemente sonrió con dificultad —Vine a que charlemos un poco.—

Este era un escenario difícil de ver para mí, aunque habían sido pocos encuentros le había tomado un poco de cariño y empatía a aquel chico.

Mi celular empezó a sonar, lo saqué y era Roier

—Podés ir a responder.— dijo Spreen y asentí

Quizás había notado como me sentía o quizás quería más privacidad para hablar con Ángel así que salí de la habitación y respondí la llamada

—"Venecia y yo salimos al parque".— fué lo primero que me dijo, sonaba feliz —"¿ustedes ya están en el hospital?".—

—"Ángel empeoró, Spreen se quedó hablando con él pero para mí es difícil verlo así".— conté soltando un ligero suspiro —"¿Crees que me ví mal al salir de la habitación después de haber estado menso de 10 segundos ahí?".—

Hubo un corto silencio

—"No te viste mal, eso demostró que te dolió verlo así".— exclamó —"Ya lo quieres y quisiste ayudarlo, era obvio que verlo así te causaría ese tipo de reacción, tienes sentimientos así que es normal".—

—"¿Debería dejar a Spreen algunos minutos solo con Ángel?".— pregunté ahora

Roier estaba con Venecia y probablemente estaba mal que me estuviera ayudando en lugar de estar pendiente de ella

—"Puedes esperar afuera a que Spreen termine su platica con él".— dijo dejándome más tranquila —"Ángel quería ver a Spreen, era el sueño que le cumpliste, ahora tal vez ambos se sientan más cómodos estando solos para poder platicar con más libertad".—

—"Está bien, gracias tripon".— dije y escuché una risita de su parte

—"Nada de 'gracias', recuerda traer los chocolates qué pidió Venecia".— recordó y reí también

—"Me lo pensaré".— exclamé —"Les llevaré también la cena a casa".—

—"¿Cómo que cena? ¿Piensas llegar hasta la noche?".— preguntó —"Dijiste que volverías temprano y ya son las 6 pm".—

—"Se me pasó volando el tiempo, además quería ver tu habilidad como papá".— dije y escuché como rió

—"Nos vemos en la cena entonces, mañana deberás compensar a Venecia porque se vé qué te extraña".— exclamó

—"Bueno, sigue con tu labor de papá".— me burlé y terminé la llamada

Me senté en las típicas bancas qué tenían en los pasillos de los hospitales y esperé pacientemente hasta que saliera Spreen. Yo también quería hablar con Ángel pero les daría su espacio así como dijo Roier

Pasó más de una hora hasta que por fin lo ví salir, no tenía su gorro así que lo miré intrigada

—Ya ví por qué le tenés tanto aprecio, es buen chabón.— exclamó sentándose a mi lado —Noté que te pusiste tensa cuando lo viste, ¿ya está todo bien?.—

—Normalmente lo veía caminando por el hospital, me dijo que no le gustaba estar en su habitación.— conté —Y ahora simplemente está ahí débil y sin poder levantarse... es duro.—

—Deberías entrar a verlo antes de que nos vayamos de aquí, te esperaré mientras tanto.— dijo y asentí levantándome de ahí —Suerte.—

Caminé los pocos metros hasta su habitación, entré y pude verlo usando el gorro de spreen.

—Hola.— lo saludé acercándome

—Eres como mi mayor heroína.— exclamó al verme —Jamás pensé que fueras a traer a Spreen, pensé que lo habías olvidado.—

Sonreí y me senté en una silla qué había al lado de su cama

—Perdón por tardar en traerlo, quizás hubieras disfrutado más paseando con él.— dije y escuché una pequeña risa seguida de un poco de tos

—Está bien, no puedo quejarme.— dijo con una pequeña sonrisa —Mi condición empeoró ayer en la madrugada y me alegró mucho que estuvieran aquí hoy.—

Tomé su mano para darle un poco de consuelo, él y yo estábamos prácticamente en la misma situación, ambos sabíamos que íbamos a morir y aun así lo afrontabamos de manera positiva

—¿Estás solo durante todo el día?.— cuestioné —¿Y tus padres?.—

—Ambos trabajan todo el día en una fábrica para poder pagar las cuentas de un hospital tan caro como este.— contó haciendo que mi estomago se revolviera —Mamá viene a cuidarme en las madrugadas y papá solo se queda a desayunar conmigo.—

Sabia que las cuentas no debían ser baratas, quedarse en el hospital era caro y el tratamiento por la enfermedad de Ángel debía incrementar bastante a la cuenta

—¿Tu mamá a que hora llega?.— cuestioné

—Usualmente a la 1 am.— dijo y lo pensé un poco

Roier y yo veníamos a dejar a Venecia a las 11 pm, quizás podría esperar un poco más para hablar con la madre de Ángel.. Él no debía esto solo así que me ofrecería a pagar la mayor parte de su cuenta para alivianar el peso que seguramente tenían sus padres. Si iba a morir debía invertir bien mi dinero de ahora en adelante