:: Día 1 :: Mordida ::

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Poso como solo él sabía para la foto aparentando sujetar a su compañera por la cintura, aunque su contacto se mantenía distanciado, un centímetro de separación solo lo necesario para que los medios tuvieran la impresión correcta, uno tras otro los flashes le comenzaron a molestar haciendo que soltara un gruñido dejando en claro que los minutos se habían terminado, nadie más pidió más fotografías o entrevistas y pudo continuar su camino a través de la alfombra roja.

Recibió su premio, aquel pedazo de cristal tallado de forma elegante con una pequeña placa dorada indicando su nombre junto su posición en el raking de héroes - N°1 - Sonrió como si fuera la primera vez que ganaba ese puesto, aunque en realidad era la quinta vez, seguía siendo increíble vivir el sueño que nació desde que era niño. Bajo del escenario admirando su premio, pudo escuchar los gritos del Bakusquad provocando que alzara el premio para presumírselo a sus amigos y después el peso extra de su esposa quien se arrojó a abrazarlo, evito un gruñido de desagrado pues sabía que eso la lastimaría y ya no quería hacerle más daño.

Camie no era una mala mujer en realidad era muy buena tanto como heroína y esposa, al inicio de verdad sintió algo por ella que no era amor, pero si lo suficientemente fuerte para unir sus vidas, la conoció en su primer año en el examen para la licencia temporal y su contacto se mantuvo inclusive si estaban en academias separadas, su relación se inició rápido a los pocos meses de su primer interacción y finalmente cuando la graduación llego decidieron dar el siguiente paso, Katsuki fue honesto con sus sentimientos, nunca fingió amarla y ella lo entendía, su boda fue sencilla y tras 8 años de "feliz matrimonio" no hay mas que costumbre entre ellos, costumbre que era cómoda hasta hace seis años donde su mundo cambio maravillosamente, el pasado entro a su vida convirtiéndose en su presente y deseando que fuera su futuro.


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El evento culmino, con la excusa de querer festejar con sus amigos dejo que el chofer llevara a Camie a casa, pero no iría con sus amigos, tomo un atajo cambiando su ropa en el proceso para ocultar su identidad, pidió un taxi sabiendo que en nada estaría con la persona que merecía festejar ese premio junto a él, si no fuera por el cubrebocas se podría ver su mejor sonrisa, el brillo de sus ojos y el latido acelerado de su corazón sabiendo que estaba cerca de su lugar favorito, de su hogar. Bajo del auto y comenzó a caminar, solo eran un par de calles para su destino y la emoción le comenzaba a controlar, acelero su paso hasta llegar a un edificio de varios departamentos, sencillo y poco privado pero era su verdadero hogar, subió por las escaleras hasta el piso 11, camino en el pasillo hasta llegar al número 1106 y como si no fuera posible su sonrisa nuevamente relució, coloca la clave en el panel y el sonido anunciando la apertura le hizo entrar con rapidez, otra vez el peso sobre su cuerpo en forma de abrazo, al parecer no era el único emocionado, apreto el abrazo colocando su nariz en medio de esa mata de cabello verde para inhalar el aroma a limón y jengibre que le tenían loco, libero su propio aroma marcando a su compañero tal como él otro hacía, el ronroneo no se hizo esperar - Estoy en casa - No se separó, quería permanecer ahí toda la vida - Bienvenido a casa Kacchan - ¡Maldición! Su corazón se emocionaba ante el infantil apodo, amaba esa voz en todas sus facetas mientras decía su nombre o el clásico y exclusivo Kacchan.

No había fiesta en aquel humilde departamento, ni elegantes bebidas o platillos, solo un caliente ramen extra picoso junto con un poco de jugo, la ropa casual con la que había escondido su identidad ahora era sustituido por una pijama que dejaba ver los años de uso pero que era sumamente cómoda para el cenizo, el otro chico vestía igual de cómodo y hogareño, ambos disfrutaban de la sencillez en la que vivían en esos momentos pero Katsuki deseaba más, era codicioso pues Izuku era la única compañía que quería en toda su vida y por eso los papeles del divorcio esperaban la firma de Camie, aunque no era tan sencillo que ellos pudieran estar juntos, lo sabía.


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Era exquisito escuchar su nombre en esa boquita con ese tono entrecortado pidiendo cada vez más y más, sujetarlo desde la cintura dejando marcadas sus manos mientras arremetía contra el pecoso cuerpo era la gloria, algunos dirían antinatural e inclusive asqueroso que dos alfas fueran pareja pero para Katsuki no había nada más correcto que unirse a su Deku de todas las formas posibles, inclino su cuerpo pegando su pecho a la espalda del peliverde, se apoyo en sus codos para pegar aun mas su cuerpo y mejorar su posición para lo que iba a pasar, para lo que siempre pasaba desde que comenzaron con su relación, su mano y brazo comenzó a recibir pequeños besos por parte de Izuku por su parte hizo lo mismo pero en el cuello contrario, estaban preparando la área, ambos sintieron picar sus colmillos, estaban a punto de llegar al punto máximo de placer, en el umbral del orgasmo mordió el cuello contrario sintiendo al mismo tiempo como su muñeca era mordida justo donde sus propias feromonas nacían, el poder percibir en ese punto donde su cuerpo era más sensible como los filosos colmillos del pecoso rasgaban su piel dejando que la sangre brotara en cantidades discretas a la par que él hacia el mismo trabajo saboreando la piel y del rojo liquido que escapaba por la piel rasgada, podría jurar que sus pupilas se dilataban cuando podía saborear la sangre del pecoso y ese acto desencadeno el orgasmo en ambos provocando la sensación de alivio y relajación que los llevo a acurrucarse en su cama para volver a dormir juntos, acurrucados.

Despertó sintiéndose ligero, feliz... Completo, solo junto al peliverde podría sentirse de esa manera, solo él tenia ese efecto, levanto su mano apuntando su mirada en su nueva marca, aunque eran alfas y no se podrían marcar entre ellos, la piel es piel y ante una herida que le rompiera dejaría una cicatriz, no seria como la de un alfa-omega, pero si más poderosa - ¿duele? - Sonrió al escuchar la vocecita de su pecoso, negó con la cabeza - Es perfecta y a ti ¿te duele? - El peliverde negó mientras se acurrucaba nuevamente en sus brazos, Izuku era lo que se consideraba un alfa defectuoso pues su cuerpo no sufrió los cambios propios de la casta, era mas bajo que el promedio y aunque tenia musculatura bien trabajada su propia complexión le hacia ver delgado, su rostro es hermoso y a Katsuki le encantaba sus rasgos infantiles que aun con sus 26 seguían persistiendo, agradecía a todas las deidades el que se cruzara otro vez en su camino pues le conocía desde niño, época donde se comporto como un cretino con el chico pero después de toda una historia juntos y seis años de su reencuentro sabe que Izuku es lo único que necesita.

Mi alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora