Vuelta al dulce hogar

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-Veronica, ve con Tía Spencer. Ella te cuidara mientras papá y yo esperamos el equipaje.- dijo Melissa, quien esperaba a lado de su esposo Wren. 
-Tía Spencer, ¿podemos ir a comprar dulces?- preguntó mi sobrina.
-Mmm, solo si me das un beso y un abrazo.- La pequeña asintió emocionada. A lo cual yo me agache para recibir su abrazo y así partir a la dulcería.

Veronica iba corriendo y yo tras de ella. Sin embargo sus pequeños pies se le trabaron, causando que chocara con una chica rubia.
-Verónica ¡¿estas bien?!-le pregunté preocupada. 
-¡Lo siento mucho!-dijo la chica rubia, con una voz que le dio cierto calor a mi corazón.
-¡Hanna!- grité en tono sorprendido.
-¡Spence! ¡Dios mío! ¡¿por qué no me dijiste que volverías a Rosewood?!- me cuestionó Hanna.
-No lo tenía planeado. Mis padres llamaron hace unos días para decirme que tenían que darme una noticia, así que vine.- respondí. 
-No es excusa, me pudiste haber llamado ayer. Para así poder tomarnos un café y presentarme a tu pequeña ¿cómo se llama? ¡¿Y por qué no me dijiste que tuviste una hija?! ¡Spencer Jill Hastings existen los mensajes!- dijo Hanna gritándome.
-Veronica. Pero no es mi hija, es la hija de Melissa y Wren. Saluda Veronica.- le indiqué a la pequeña, quien en seguida obedeció. 
-Hola señorita. Mi nombre es Veronica Kingston Hastings, tengo 6 años y me gusta que me digan Vero.- dijo jugueteando un poco con sus manitas.
-Wow, se parece tanto a ti cuando éramos pequeñas.-agrego Hanna sorprendida- Mucho gusto. Yo soy Hanna Marín, tengo 24 años y ese bebé de ahí es mi hijo Toby. -  decía mientras señalaba a Caleb, quien sostenía un bebé a unos cuantos metros de nosotras. Un varón precioso, tenia sus ojos.

-¡Hanna Marín existen las llamadas! Y te atreves a quejarte de mi.- dije.

-Te mande tres e-mails para que vinieras al baby shower, jamás contestaste.- dijo Hanna bajando la mirada.

Me sentí como la peor amiga, pues sí había recibido sus correos. Pero el problema era, que asistir implicaba verla.

-¡Spencer! ¡Veronica! Ya llego el taxi, llegamos tarde con papá.- gritó Melissa a lo lejos.
-Hanna, ¿te parece si mañana salimos a tomar un café tu, Emily y yo?- propuse.
-Acepto, pero ¿y Aria?- cuestionó Hanna sorprendida.

A todo mundo le sorprendía que yo no quisiera ver a mi mejor amiga.

-Uh, em. No lo sé, seguro esta ocupada.- respondí, tomando la mano de Veronica para irnos.
- No, no lo esta. No te preocupes, yo le digo.-dijo Hanna.
-Como sea. - agregué. Rápidamente le di un beso en la mejilla a Hanna y me retire con el corazón más acelerado que nunca.

¿Sera que maña es el día en el que la vuelvo a ver? 


Al llegar al "The brew" encontré a mis padres hablando con ella. La razón de mis suspiros.

Al verme, ella corrió hacia mi, mientras yo solo me quede helada. Cuando su piel se encontró con la mía, fue  volver a sentir lo que era ser plenamente feliz. Todo un vacío se lleno en mi corazón, todos mis pensamientos de que tenía que olvidarla se fueron. Y sin más, la abracé.         Si hubiera sido en otro lugar, solas ella y yo, seguro la besaría, pero no podía.                                    Se apartó gentilmente y  beso mi mejilla.

-Spencie- dijo Aria para volver a abrazarme.  
-Pookie Bear- le susurre en el oído, deseando que nunca me soltara, oliendo el aroma vainilla que residía en su cabello. Ese dulce aroma que nunca olvidé.
-¡Dios, hay tantas cosas que contarte!-dijo Aria emocionada
-¿Por ejemplo?- le pregunté. 
-Por ejemplo, que me divorcie de Ezra. De eso hablaba con tu mamá, ella es mi abogada.-respondió
Una parte de mi se sentía feliz, mientras la otra me decía que era la peor por disfrutar de este suceso, que seguramente había lastimado a Aria. Mi Aria.
-Ese bastardo. Te juro que si te hizo algo, no me importa qué, lo voy a matar.-contesté ante la idea de una Aria llorando por culpa de Ezra.

 Realmente Ezra nunca me agrado para ella. Éramos su investigación, su experimento, nunca la quiso realmente. No sé cómo pudo perdonarlo.

-Fue decisión mía. Hm, yo estoy enamorada de alguien más, y ya no era feliz con él. Y no empecemos con lo injusto que era esto para él.-
-¿Uh?- dije. Pues tanta era mi sorpresa, que solo un sonido tan simple pudo salir de mi.
-Sí, bueno. Cuando me case era para darle celos a esa persona, de la cual he estado enamorada desde los 15 años, pero pues claramente no funcionó. Y cuando me di cuenta, ya estaba casada con él . Pero ya es muy tarde pues esa persona de la cual llevo enamorada una década es feliz y al menos eso me complace. De hecho hasta tiene una hija.- dijo mirando a Veronica, que se sentaba en las piernas de mi padre para escuchar sobre nuestros viajes. - ¿Por qué no me llamaste cuando nació? Me hubiera gustado estar para ti, ni siquiera me dijiste que estabas embarazada. Por cierto ¿dónde esta Johnny? la ultima vez que los vi fue el día de mi boda ¿no debería de estar contigo y tu hija?- me cuestionó en tono triste. 

¿Estaba triste por la idea de pensar en mi con alguien más?

-No, no. Veronica es hija de Melissa y Wren. Sobre lo de Johnny y yo... bueno lo nuestro nunca iba a funcionar, de hecho terminamos un mes después de tu boda.- respondí.
-Spencer ¿por qué no me dijiste? Me alejaste tanto de ti y no sabes cuanta falta me hiciste.- edijo Aria en lagrimas. Lagrimas causadas por mi, eso realmente estaba perforando mi corazón.
-Es que yo tenía que olvidar a ... Yo tenía que...- empecé a tartamudear. Quería que parara, pero yo estaba apunto de llorar por igual.
-¡Mama!- una voz infantil venia corriendo hacia nosotras, mientras la señora Montgomery se despedía a lo lejos de nosotras.
-¡Bebe!- Aria tomo a la niña entre sus brazos para cargarla y besarle las mejillas- Creo que se me ha olvidado recordarte un hermoso detalle de mi vida. Ella es mi hija, se llama como la persona que más amo, la más importante en mi vida y la que me hace mucha falta.- 

¿Realmente podía ser posible? En estos últimos minutos de mi vida un sentimiento nuevo llegaba a mi. Le dicen esperanza, pero no me podía confiar, porque ya saben lo que dicen... 

La esperanza siempre trae miseria.

-¿Cómo?- pregunté sonriendo y saludando a la pequeña, que movía su manita en un saludo.
-Hija, dile como te llamas.- le pidió Aria a la pequeña. Mirándome con una sonrisa tan grade, que era imposible que no se me contagiara.
- Mi nombre es Spencer. Tengo 4 años y me gusta que me digan Spencie. - dijo la pequeña entre risas.
La tenía. Tenía la oportunidad con ella, el amor de mi vida.
Bueno este es el primer capitulo espero que les guste 😊 también me gustaría saber su opinion y que les gusto más👌🏼 si realmente les gusto por favor solo tardaran un segundo en presionar la estrellita🌟🙏🏼 los quiero☺️

Despues de la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora