Segunda parte de Into the Wednesday-verse
Tres meses después de los hechos narrados en Totalgether Ooky, Wednesday Addams y Enid Sinclair están a punto de decir adiós a sus vidas en Nevermore y afrontar el futuro. Pero las celebraciones del día de...
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Lamentable hija mía
Fue el comienzo del resto de sus vidas.
Normalmente, Wednesday Friday Addams tomaría afirmaciones de esa naturaleza como una tontería sentimental, pero no se podía negar que durante los últimos días había habido un aire de finalidad, de transición, de cambio...
Su último año en Nevermore había llegado a su fin.
Y qué año había sido.
Comenzó tranquilamente. Rutina, clases, nada fuera de lo común para la academia marginada. No hay señales ominosas de misterios sin resolver o acosadores sombríos como en ocasiones pasadas. Wednesday se había adaptado a la idea de un año escolar tranquilo centrado únicamente en sus actividades académicas, algo que no le disgustaba tanto como antes gracias a la presencia de su loba a su lado.
Y luego, hace tres meses, al comienzo de las vacaciones de primavera, ella y Enid se vieron envueltas en una de las aventuras más curiosas y extravagantes de sus vidas. Después de todo, no te encuentras con otras cinco versiones tuyas del multiverso todos los días, transportadas entre realidades en contra de su voluntad por el hechizo fallido de una aspirante a bruja con un deseo de venganza fuera de lugar.
Sólo tres meses. Por momentos parecía que había pasado mucho más tiempo. Al principio, Wednesday no apreciaba del todo el impacto que la experiencia había tenido en sus vidas.
Enid lo sintió primero, la primera noche de ausencia de las variantes de Wednesday a las que se había encariñado como si fueran su propia manada (y lo eran, en cierto modo). Para Wednesday fue algo más sutil, un flujo constante de ideas en su vida diaria en las semanas siguientes, preguntándose cómo lidiarían sus otras yo con las cosas, buscando diferentes enfoques... evolucionando hacia una versión más completa de sí misma.
Era extraño y desconcertante poder examinarse a sí misma a través del reflejo de sus experiencias con sus otros yo, pero no del todo desagradable.
Los tres meses restantes desde esa extraña aventura hasta el final del año escolar fueron relativamente normales. Algunos de sus compañeros, ausentes durante el período de vacaciones, lamentaron haberse perdido el evento. Su familia había insistido en una visita de fin de semana para conocer con más detalle lo que había sucedido (Enid mostrándole a Morticia las fotografías que había tomado de sus homólogos dimensionales más jóvenes descarrilaron en una revisión vergonzosa del álbum de fotos familiar).
Wednesday suspiró al recordarlo. Se habría sentido irritada, pero el recuerdo de la sonrisa de Enid eclipsó todo lo demás. En la soledad de su dormitorio, la Addams se permitió una pequeña sonrisa mientras hacían las maletas.
Esa tarde se llevaría a cabo la ceremonia de graduación. Había alumnos que saldrían del colegio ese mismo día después de la ceremonia, pero muchos otros esperarían hasta la mañana siguiente para poder celebrar en la fiesta de despedida de esa noche. Una última bacanal para decir adiós a su vida académica. Ese fue el caso de Wednesday y Enid, quien también fue una de las organizadoras del evento.
