Segunda parte de Into the Wednesday-verse
Tres meses después de los hechos narrados en Totalgether Ooky, Wednesday Addams y Enid Sinclair están a punto de decir adiós a sus vidas en Nevermore y afrontar el futuro. Pero las celebraciones del día de...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
JMADTR.
JMADTR= Jodido más allá de todo reconocimiento.
Como dice el refrán, había algo en todo el asunto que apestaba.
Larissa Weems había visto muchas cosas extraordinarias, inquietantes, antinaturales y simplemente extrañas en su vida como miembro de la Sociedad Nevermore.
Hadas devoradoras de dientes, hongos con mente de colmena que controlan ejércitos de cadáveres reanimados, cachorros que disparan rayos láser con sus ojos, la erupción de Fester Addams...
Entonces, cuando siguió a sus agentes y a los intrusos extradimensionales que habían insistido en supervisar sin seguir los procedimientos estándar y los vio lidiar con el nuevo intruso, ni siquiera arqueó una ceja. ¿Un licántropo, parcialmente transformado a la fuerza y aparentemente poseído o controlado por algún tipo de sustancia hecha de sombras que sirvió como medio para que otra entidad actuara como titiritero de otra dimensión? Claro.
Era extravagante, pero en realidad no era ni de lejos la cosa más extraña que había visto en su dilatada carrera.
Y todavía...
Larissa había visto muchas cosas en su vida. Y ella había luchado, cumplido misiones y hecho cosas que no la dejaban dormir tranquila. Había visto lo mejor y lo peor de todas las especies de humanidad y con el paso de los años había aprendido a confiar en sus instintos. De ahí su nerviosismo.
Porque el enemigo parecía haber sido reducido y derrotado, y sin embargo...
No podía quitarse de encima la creciente sensación de que algo andaba realmente mal .
§§§
"Siempre he adorado esa parte de ti".
Las palabras salieron de los labios del cadáver poseído de Esther Sinclair con una retorcida sinceridad que provocó que Wednesday Addams sintiera por primera vez en muchos años un malestar que no le resultaba nada agradable.
Como si algo la hubiera contaminado hasta el alma.
Enid notó al instante el malestar de su amado. La licántropo, aún completamente transformada, dio un paso adelante, emitiendo un gruñido bajo y profundo, con la mirada fija en el intruso mientras colocaba suavemente su mano izquierda sobre el hombro de Wednesday, buscando tranquilizarla.
Su gesto inmediatamente llamó la atención de la entidad que poseía a la fallecida Esther Sinclair. Sonrió, una sonrisa que parecía más parecida a la mueca de una estatua de cera torpemente esculpida.
