∆10∆

424 42 23
                                    

~Al final, las almas gemelas se encuentran porque tienen el mismo escondite~

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

~Al final, las almas gemelas se encuentran porque tienen el mismo escondite~

La fuerza de su tos lo obligo a doblarse levemente sobre su cama, mientras se agarraba el estómago con una mano y cubría su boca con la otra.

Había sido envenenado...

O por lo menos lo habían intentado.

Tantas veces lo habían intentado que su cuerpo se había vuelto casi inmune al veneno...Pero el dolor era profundo y latente.

¿Nunca te cansaras de esto mama?

Fue en una de las salidas con su padre, una que tienen cada mes, solo ellos dos padre e hijo.

Habían ido a hacer un poco de escalada, su padre era realmente ágil, el también, ya no era ese pequeño que tropezaba y resbalaba, pero su padre era mucho mejor, después decidieron ir comer a un restaurante.

No sabe muy bien si había sido en la bebida o la comida, pero tenían claro quien había sido. Ahora mismo estaba siendo torturado en el sótano, sacándole información. Pero eso poco le importaba, solo quería que el antídoto hiciera efecto rápido.

Unos toques en la puerta llaman su atención y al ver quién asoma la cabeza siente una gran felicidad, que opaca levemente el dolor.

-Hola...-Zenitsu se veía preocupado

Lógicamente

-Hola...¿Mi padre?

-Sí...¿Cómo te encuentras?-Dice mientras se acerca y después se sienta en el borde de la cama.

-Horrible-Inspiró profundamente para tratar de calmar su malestar.

-¿Peor que los exámenes de matemáticas?

Tanjiro no pudo evitar sonreír tímidamente de regreso.

-Sí...

-Uf...

-Gracias

-¿Eh?

-Por venir

-No las des, es lo mínimo que puedo hacer.

-Oye...-Tanjiro hizo sus miradas chocar -Podrías darme un beso-Zenitsu sintió un pequeño infarto y un pequeño tono rosado tiño sus mejillas.

Zenitsu se acomodó mejor, tumbándose junto a él y comenzó a plantar pequeños besos, cargados de ternura sobre sus mejillas y el resto de su rostro, hasta finalmente llegar a los labios, sintiendo como la sonrisa del muchacho se acentuaba bajo sus labios

-Cosquillas...-Se revolvió en cuánto sintió un beso en el hueco de su cuello.

El rubor de sus mejillas aumentó.

El pelirrojo terminó por cerrar el espacio entre sus rostros, uniendo sus labios en un dulce y tierno beso que claramente ambos buscaban, rozando sus narices y acariciando la piel contraria mutuamente buscando más contacto.

Amor y MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora