Capítulo 19: Rey del Roller Disco

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Ace levantaba la vista de su libro de vez en cuando para mirar a Marco, que estaba sentado a la mesa detrás de un portátil. Cuando Marco miraba a Ace por detrás de sus gafas, éste volvía a bajar la vista, aunque estaba seguro de que ya le habían pillado varias veces. La habitación estaba en silencio, aparte de los golpecitos de Marco en el teclado y algunos ruidos procedentes del exterior.

Para ser sincero, a Ace le costaba entender a Marco. Ace le había tachado de acosador, se había comportado como un imbécil, incluso le había echado de su propia casa. Para colmo, el ex acosador de Ace casi le había pegado un tiro. En definitiva, Marco tenía pocos motivos para hablar con él, ¡y mucho menos para invitarlo a su casa! La casa en la que Ace había entrado recientemente, aunque Marco no lo supiera. Ace casi se había delatado al entrar en la vivienda al comentar que parecía la misma. De todas formas, no parecía exactamente igual, no sin Marco en todo su esplendor desnudo.

Ace maldijo y escondió la cara detrás de su libro de estudio para ocultar sus mejillas enrojecidas. No debería estar pensando en eso, no cuando Marco, aunque vestido, estaba en la misma habitación.

Suspiró e intentó concentrarse de nuevo en el libro. No es que el tema fuera tan emocionante, pero le distraía de las imágenes que no debería tener de su consejero. Verlo desnudo había hecho que Ace se replanteara ver a los hombres como intereses románticos y sexuales. Ni siquiera se había planteado empezar algo con Marco, al fin y al cabo era su consejero. Ace se preguntó qué habría pensado Marco cuando se enteró de que Ace era un estudiante que le había hecho un baile erótico. Para ser justos, Ace tampoco había sabido entonces que Marco trabajaba en la universidad, y mucho menos que volvería a relacionarse con él.

Marco se había quedado bastante tranquilo cuando Ace irrumpió en su despacho el día de su cita, y aunque Ace había conseguido enfadarle -¿a quién no le habría molestado? - ahora que sabía que Ace era un estudiante, su interés por él parecía haberse desvanecido.

Ahora que Ace lo conocía mejor, Marco parecía un buen tipo. Era simpático y cariñoso, si dejar que Ace se quedara en su casa servía de algo. También había perdonado a Ace con facilidad, algo que requería ser un hombre más amable de lo que Ace había sido.

Eso hizo que Ace se sintiera aún más culpable. Sin embargo, no creía que pudiera hacer mucho para compensar a Marco, excepto sacar mejores notas, supuso. Así que volvió a centrar su atención en el libro.

Una hora más tarde, Marco cerró el portátil y se levantó. "Voy a darme una ducha. ¿Necesitas algo?"

Ace miró su taza de té y negó con la cabeza. "Estoy bien, gracias".

"Vale. Vuelvo en un rato".

Aunque Ace estaba seguro de que el anuncio de Marco había sido simplemente para explicar su marcha y no era en absoluto una invitación a pensar en su cuerpo desnudo un poco más, Ace no pudo evitar que sus pensamientos se desviaran.

En cuanto se cerró la puerta del baño y Ace oyó correr la ducha, ya no pudo contener su curiosidad. La última vez que estuvo aquí, no tuvo tiempo de husmear mucho y, aunque ya no buscaría un altar de sí mismo, seguía sintiendo curiosidad por Marco. Tenía una familia numerosa, como demostraba la foto que había visto. No sólo estaban Thatch e Izo, sino mucha más gente que parecía interesante para Ace. El hombre grande del fondo, que tenía la mano sobre la cabeza del perro Stefan, tenía que ser el padre de Marco. Marco también parecía bastante feliz en la fotografía, con los brazos alrededor de Izo y la única chica de la foto.

Ace miró un poco más por la habitación, pero no se atrevió a entrar en otras por miedo a que Marco saliera inesperadamente del cuarto de baño.

Estaba curioseando en la cocina cuando la ducha dejó de correr, y Ace se tiró de espaldas en el sofá, rebotando ligeramente arriba y abajo a causa del impacto. Volvió a coger su libro y se asomó cuando oyó que se abría la cerradura de la puerta del baño. Esta vez, Marco tuvo la decencia de ponerse una toalla alrededor de la cintura cuando se retiró a su dormitorio. Ace no alcanzó a ver el escudo familiar.

Alumno - MaraceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora