El inicio del plan.

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Dos semanas después.

El pequeño lobo omega no dejaba de llorar a pesar de todos los intentos de Jungkook por calmarlo. Jimin ya había dormido a la tigresita alfa hacía rato con facilidad, ¿por qué él aún no aprendía? Ser padre era más difícil de lo que pensaba, pero aún así no se arrepentía de nada. Amaba a su familia como a nadie e iba a aprender lo que fuera necesario con tal de criar a sus cachorros sin que nada les faltara.  

Daba vueltas de un lado a otro en la sala, meciendo al niño para que durmiera, mas no había caso. Ese niño solo lloraba y él estaba desesperado por tener un tiempo a solas con el peliblanco Mientras tanto, Jimin reía por lo bajo mientras cocinaba de solo verlo así.

—No se duerme —exclamó Jungkook, casi con un gesto de horror.

—¿Quieres que lo haga por ti?

—No, quiero dormirlo yo, no puede ser tan complicado —Jimin se encogió de hombros dejándolo en su tarea, mientras él seguía meciendo suavemente al cachorro. Poco más y sus orejas habían hecho oídos sordos ante el llanto—. Ya duérmete, cachorro.

Jungkook siguió con su trabajo, armándose una paciencia de oro, hasta que finalmente lo logró. Al fin paz en aquella nueva casa... no tan nueva para él, pero si para su familia.

—Al fin lo logras —susurró Jimin, casi en burla, casi aliviado.

—No soy tan bueno como tú —susurró también y se apuró a dejarlo con cuidado en la cuna mecedora que tenían en la sala para tenerlos vigilados todo el tiempo. No les gustaba dejarlos solos—. Es más difícil de lo que pensé —regresó a la mesa y tomó asiento al mismo tiempo que el peliblanco, viendo la cena humeante había preparado—. Más que todo Elian, es muy llorón. Mía es más tranquila.

—Es llorón como tú.

—Yo no soy un llorón —negó, mientras daba su primer bocado.

—Claro que sí, andas todo desesperado —le lanzó una mirada picara, pues sabía que el alfa estaba desesperado por sentirlo y él disfrutaba su desesperación al mismo tiempo que esperaba el momento con ansias, porque se encontraba mucho mejor y con ganas de hacer cositas.

—Tenemos que buscar un tiempo para los dos, te necesito ya, te necesito mucho —lo observó, sabiendo que aquella sonrisa en su boca era de total diversión y satisfacción por verlo rogar. De algún modo eso hacía sentir deseado y cortejado al omega—. Prométeme que esta noche lo intentaremos si los cachorros siguen dormidos.

—Pero hay que ser silenciosos —estiró una mano para tomar la de Jungkook. Ya era costumbre sentarse frente a frente para poder verse mejor mientras cenaban.

—¿Quién es el que siempre hace mucho ruido, ah? —acarició su mano suavemente con su pulgar, deseando saltar la cena para tenerlo ya debajo suyo, sudado y mordiendo la almohada.

—Tendré que ser muy silencioso, aunque contigo esa es tarea difícil. 

—Tendremos que dejar los gritos para otro día.

—Creí que te gustaba escucharme —hizo un falso puchero, como si eso lo pusiera triste.

—Me gusta escucharte, pero puedes despertarlos y eso significa quedarnos a medias, y no queremos eso, ¿verdad? —Jimin negó—. Pues ya ves, tendremos que intentarlo. De verdad te necesito, como sea.

—¿Mucho?

—Mucho, mucho. Tenemos casi un mes de no hacer nada.

—Pues apúrate a comer entonces —sonrió, viendo como Jungkook exageraba los bocados, haciéndolo reír.

presa fácil  ᡴꪫ  kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora