Esa noche

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Hace cuatro años.

-vamos Connor, sabes que no lo necesitas- reí mientras lo veía bajar y subir las escaleras de la casa una y otra vez.

-es mi ritual

-que ritual más raro hermanito- Nick se puso a mi lado seguido de Ronnie.

-¿seguro que funciona?, parece que vas a cansarte y no vas a llegar al pedal.

-no seas tan negativo Ronnie- ambos chicos rieron mientras mi hermano seguía concentrado en lo suyo.

-llamaré a Anna, eso de estar yo sola con tres tíos me hace sentir menos poderosa- opiné y me gané miradas de reproche por parte de los chicos.- no intentes nada con ella,nos conocemos Leister.

-Esta buena pero no es mi tipo.

-¿no es tu tipo?- preguntó divertido Ronnie- ¿y cuál si lo es Nicholas?

-Tú obviamente.

-me alagas- el chico de tatuajes se llevó la mano al pecho "ilusionado"

-haré que no he visto eso- hice una mueca y sonreí.

Iban a decir algo que seguro me iba a enfadar pero no pudieron ya que entró mi madre seguida de mi amiga.

-Anna- me lancé a abrazarla mientras ella dejaba un beso en mi mejilla.

-vas a cansarte Connor- no estaba entendiendo la situación.

-Hay que estar fuerte mamá,  no me desconcentres.

-bájate ahora mismo y para- ordenó pero mi hermano hizo oídos sordos.- ¡Connor!

-solo me quedan diez minutos más.

-no, vamos a llegar tarde Connor, hazle caso a mamá- pedí mirando la hora en mi móvil.

-Os odio tanto- paró y con la toalla se secó el sudor.

-Cámbiate pero ya.

-¿tienes la regla hermanita?- rió mientras subia las escaleras.

-la regla la vas a tener tú como sigas así de chulo, idiota- ambos nos sacamos el dedo de en medio.

-relajate amor- senti la mano de nick en mi cintura y luego un apretón.

-Tened cuidado Leah.

Mi madre estaba más seria de lo normal, intento que lo dejásemos pero vio que no había posibilidad y decidió apoyarlo.

-siempre lo tenemos mamá.

Por el lado de Connor.

-Consigue que se enfade contigo, que te odie tanto que no le duelas.- exigió mi padre en un susurró.

-no voy a hacerlo, buscate a otro para esta mierda.

-Bien, siempre supe que eras un puto cobarde.

Por el lado de Leah

-Has tardado- le metí una colleja en la cabeza mientras salíamos por la puerta de detrás.

-lo bueno se hace de esperar.

-pues aquí sigo esperando- reí y mi amiga chocó el puño conmigo mientras nos sentábamos en los asientos de detrás.

-¿las lleváis?- preguntó mi hermano señalando su banda verde.

-Siempre- dijimos a la vez con una sonrisa.

Adicction// Nick Leister Y Leah JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora