cinco minutos

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Pov'Leah

-¿y mamá?- pregunté a mi padre que se encontraba en la cocina con un cuchillo pelando patatas.

- se fue- dijo neutro y sin mirarme.

-¿A dónde?- volví a preguntar, el ambiente se volvió tenso sin yo darme cuenta, estar con ese hombre, sola y encima con un cuchillo hacia que se me pusiese la piel de gallina.

-Lejos de aquí eso seguro- ¿a qué se refería?

-¿cuando volverá?- me acerqué un poco y él clavó el cuchillo en la patata.

-¿no lo entiendes Leah?- me miró con los ojos perdidos.- se fue, nos ha dejado, no volverá,  rehacerá su vida y se olvidará de nosotros.

- eso es imposible,  mamá no me abandonaría y menos me dejaría contigo.

- cuida tus palabras niña.- se acercó intimidante a mi.

-ya estoy harta.

-¿de qué si se puede saber?- dijo riendo sarcástico.

-¡de tenerte miedo!, eres mi padre joder- lo miraba, pero no con miedo, lo miraba con rabia.

-ya no te reconozco Leah, te has vuelto una zorra desde que estás con esa tal Anna y no hablemos de Leister.

-Al menos son personas que me quieren y nunca me harían daño, no como que me tienes machacada tanto psicológicamente como físicamente.

-debes entender que es por tu bien, no quiero que te conviertas en tu madre.

-deberías preocuparte de que no me convierta en ti- solté con rabia.

-no sabes de lo que soy capaz Leah...- volvió a agarrar el cuchillo y se fue acercando a mi.

-papá...

-¿ya no hablas?- la punta del utensilio tocó mi abdomen...

》○♡○《

Abrí los ojos lentamente,  todo había parecido tan real, levanté mi vista y solo vi paredes blancas, ¿dónde estoy?

-¿Ronnie?, ¿Anna?- confusa me incorporé mirando a las dos personas que peleaban en la puerta.

-¡Leah!- Anna fue rápidamente hacia mi y me envolvió en un abrazo.

-joder- hice una mueca y ella se disculpó- ¿dónde estoy?

-en el hospital cielo- dijo la misma enfermera que atendió a Maddie, ¿cómo?- ¿recuerdas algo?- preguntó mientras se acercaba y me quitaba un adhesivo de la cabeza.

-solo que me golpeé la cabeza con un volante- no le podía decir que corria en carreras ilegales y mucho menos que mi padre me apuntaba con un arma.

-¿cuántos años tienes?

-Emm...dieciocho- dije y la miré confusa.

-¿cómo te llamas?- siguió haciéndome preguntas tontas.

-Leah Jones, ¿a qué vienen estas preguntas tan estúpidas?

Adicction// Nick Leister Y Leah JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora