02/10/22
Estaba sola, rodeada de infinitos árboles que impedían a la luz atravesarlos y la poca luz que lo conseguía solo le daba a este bosque un ambiente todavía más siniestro. Ya había pasado una hora casi desde que decidí adentrarme en un laberinto sin vuelta atrás y solo lo hice porque me deje llevar por mis sentimientos como desde hacía un tiempo ya, todas mis decisiones se basaban en Adrián, todo lo que hacía era por él. Era consciente de que estaba bastante obsesionada o como también se le puede llamar: estaba locamente enamorada; sin embargo, nunca llegué a pensar que lo que yo sentía por él me haría llegar a poner mi vida en peligro y sin siquiera dudarlo, definitivamente si conseguía salir de aquí debería ordenar mis prioridades. Pero ahora ya no había vuelta atrás, estaba yo contra un laberinto de árboles, sin ninguna ayuda, sin nadie que resolviera mis problemas, por primera vez en mucho tiempo tendría que afrontar las consecuencias de mis actos y no podía olvidarlas o fingir que no existían, pues mi vida podía depender de ello. Lo único que me hacía sentir mejor era la pequeña posibilidad de que Adrián estuviera cerca de mí, en alguna parte, vivo y dispuesto a ayudarme, aunque la probabilidad de que esto pasara era casi inexistente.
Un disparo al aire erizó mi piel y puso a todo mi cuerpo en alerta. Sonaba cerca. Segundos después un corzo apareció de entre los matorrales corriendo hacia mí, huía de algo, porque ni siquiera se percató de mi presencia, estaba demasiado ocupado intentando salvar su vida. Un segundo disparo llenó mi ropa de sangre y dejó al indefenso corzo tirado en el suelo, muriendo lentamente sin ningún remedio que pudiera evitar aquella desgracia, todo pasó muy rápido, los flashbacks del accidente no tardaron en llegar, la sangre de mi padre por todo mi cuerpo, su cuerpo sin vida... Debía moverme, debía olvidarme de todo, dejar mi mente en blanco, no podía detenerme ahora, no esta vez, pero era incapaz, ¿qué había hecho ese corzo para merecer morir? ¿Qué había hecho mi padre? Probablemente por esa razón decidí entrar en el bosque porque no podía aceptar que le hubiera pasado algo también a Adrián, pero tampoco podía dejar que me pasará nada a mí.
-"¿Quién anda ahí? Si solo tocas mi caza, te juro que te asesino aquí mismo"-exclamó una voz grave entre los árboles.
Esa frase fue la que activo mi instinto de supervivencia e hizo que todo el dolor que sentía en ese momento desapareciera y que por una vez en mi vida mi mente solo pensará en una cosa: en huir.
Corrí lo más rápido que pude sin parar, solo necesitaba alejarme de ahí, no quería convertirme en la próxima víctima de nadie. No me importaba que pisaba ni por donde iba solo corría y eso fue mi perdición. Solo hizo falta un paso en falso para que todo mi cuerpo se viera arrastrado por un desprendimiento de tierra ocultó bajo una manta de hojas secas que conducía directo a un río con un caudal considerable.
No podía respirar, el río era muy profundo y con la caída ni siquiera sabía dónde estaba. Noté un pinchazo en mi espalda, un golpe más bien, había llegado al fondo, tomé impulso y nadé lo más rápido que pude hacia la superficie. Por suerte para mí no había mucha corriente y pude mantenerme a flote un rato hasta que visualicé una pequeña orilla del río donde podría descansar. Nadé con todas mis fuerzas y me dejé caer agotada en las frías piedras, ni siquiera tenía todo el cuerpo fuera del agua, mis piernas todavía seguían en contacto con el río, pero no podía más. No tenía fuerzas para dar un solo paso más.
Es curioso como un día normal se puede transformar en un completo infierno, cada vez tenía más claro que el guionista de mi vida me odiaba a muerte o su objetivo era conseguir el óscar a la mejor película trágica.
Todo estaba muy borroso, apenas sentía mi cuerpo, solo me dolía y la cabeza me estaba a punto de explotar, aun así eso no me impidió oír su voz llamándome, su dulce y cálida voz, pero yo ya había gastado todas mis fuerzas y mientras él cada vez se acercaba más a mi yo cada vez me alejaba más de él aunque nuestros cuerpos estuviesen casi juntos.
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Una última noche
Novela JuvenilUn día todo va bien y al día siguiente ni siquiera sabes quien eres. Todo puede cambiar tan rápido. Esto es lo que le paso a Abby, una niña de 14 años que hasta hacía poco su mayor problema era como conquistar a su crush. Sin embargo, tras el accide...