06/10/22
Mi pulso se aceleraba por segundos, me costaba respirar. Necesitaba salir del coche, en cualquier momento mi madre notaria que algo iba mal. Ese mensaje me había dejado muy desorientada, Adrián estaba vivo, estaba a salvo, pero por alguna razón nadie lo sabía, nadie lo había visto, solo yo, como se las había apañado? ¿Qué estaba pasando? Por suerte para mí, el coche se paró, ya habíamos llegado al bloque de edificios donde vivía. Me bajé apresurada, esperé a que mi madre abriera el portal, subimos al 5A y me encerré en mi habitación. Necesitaba pensar, si mi padre estuviera aquí todo seria más fácil, él sabría qué hacer, pero ya no estaba, ahora tenía que ser yo la que tomara mis propias decisiones y a pesar de que la relación con mi madre estaba mejorando no me parecía el momento de contarle toda mi vida y todos los problemas que en cuestión de días se formaron a mi alrededor. Tenía que madurar, en las próximas semanas necesitaría tomar buenas decisiones, porque cada paso en falso me alejaría de obtener respuestas.
Después de varios minutos pensando en que debía hacer, me decanté por responder al mensaje, solo esperaba que me contestara.
<<<¿Podemos quedar? Necesito respuestas Adrián, ¿que está pasando?>>>
Mi madre entró entonces en la habitación, llevaba una bandeja con chocolate caliente y un croissant. Lo poso junto a mí y sin decir una palabra me abrazo.
-Por si tenías hambre, la comida del hospital no es precisamente muy buena...-
-muchas graci...-
Y justo antes de que pudiera acabar la frase, mi móvil vibró, alguien me había mandado un mensaje. Mi madre se percató de mi inesperado cambio de humor y con un tono dulce y sosegado me preguntó:
-¿todo bien?-
-sisi, es solo... una amiga. Si no te importa, me gustaría estar sola, necesito descansar-
Ella me sonrió y un poco desilusionada por el hecho de que no le hubiera contado lo que estaba pasando se marchó.
Rápidamente, encendí el móvil para ver quién me había escrito, el corazón me iba a mil. Tenía miedo de ver su respuesta, pero a la vez la necesitaba, dependía de ella. Aquí estaba otra vez, parecía patética, después de todo y pensar que todavía seguía dependiendo emocionalmente de él, de su sonrisa, de su respuesta. Sin embargo, cuando entre al mensaje todo mi mundo se tambaleó, igual sonaba un poco exagerado, pero yo lo sentía así.
<<<calle de las cuatro cruces, número 91, a las 6:00. No te retrases>>>
Adrián quería quedar conmigo. Hace tan solo unos días ese era mi sueño, mi mayor deseo. Pero hoy ese sueño se había convertido en un misterio, cuyo núcleo era Adrián, mi gran punto débil y una enorme tentación. ¿Sería todo una trampa? ¿Alguien estaba manipulándolo para conseguir algo de mí? Lo más probable, era que ninguna de estas opciones fueran verdaderas, sin lugar a dudas me estaba dejando llevar demasiado por las decenas de thrillers que leí. Esto era la vida real, a pesar de que todo lo que estaba pasando me indicaba lo contrario.
Observé unos segundos lo que llevaba puesto en busca de mi propia aprobación. Esto no iba a ser una cita ni mucho menos, pero no por eso tenía que ir hecha un completo desastre. Si mis imaginativas hipótesis llegaran a ser ciertas y Adrián me estuviera tendiendo una trampa, al menos querría morir con dignidad y que el último recuerdo que tuvieran de mi fuera decente y no con un camisón de hospital y una sudadera. Así que procedí a cambiarme, cogí unos leggings negros y una sudadera azul marino del armario, me hice una coleta, cogí mi móvil y marché de casa.
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Una última noche
Teen FictionUn día todo va bien y al día siguiente ni siquiera sabes quien eres. Todo puede cambiar tan rápido. Esto es lo que le paso a Abby, una niña de 14 años que hasta hacía poco su mayor problema era como conquistar a su crush. Sin embargo, tras el accide...