Sus manos afirmaban con fuerza la taza frente a ella, su pierna moviéndose constantemente bajo la mesa al punto de casi chocar contra ella varias veces, y ni hablar de su labio inferior ya algo hinchado de lo mucho que lo mordía.
Miraba por el ventanal de la cafetería, a ratos buscando a su amiga con la mirada, y en otros momentos, perdiéndose en sus pensamientos. Principalmente, en él.
—Ochaco.
La mano de su amiga sobre su hombro la sobresaltó, llevándose una mano a su pecho. La castaña suspiró y sonrió nerviosa, saludando a Tsuyu.
—Me asustaste —rio nerviosa. La chica de cabello largo solo sonrió y se sentó frente a ella.
—Lo siento —cruzó sus manos sobre la mesa, mirando a su amiga con tranquilidad—. ¿Todo bien?
Uraraka asintió, forzando una sonrisa.
—Sí, todo bien. S-Solo quería verte y-
—Sonabas algo agitada por teléfono cuando me pediste que nos juntáramos.
Ochaco se tensó un poco. Terminó suspirando y volviendo afirmar su taza con ambas manos.
—Um, bueno...
—¿Pasó algo en el cumpleaños de Kenta? —inquirió enarcando una ceja, claramente preocupada.
—Sí. No. Digo... No sé, Tsu —llevó una mano a su frente, mostrándose confusa—. No sé por donde partir: si por el desastre que fue la pijamada de Kenta, de que la señora Bakugo es alguien con quien no meterse o de que...
El repentino silencio de su amiga llamó de inmediato la atención de Asui. Dejó de lado el pequeño menú y se inclinó un poco sobre la mesa.
—¿Qué cosa, Ocha?
La chica suspiró nuevamente, sus mejillas ya más sonrojadas y su mirada gacha.
—Que... casi besé a mi jefe.
Se formó un silencio entre ambas por unos segundos que a la castaña se le hicieron eternos.
—Oh.
—"¿Oh?" ¿Eso es todo lo que me vas a decir, Tsu?
La muchacha de ojos oscuros se reclinó en su silla, cruzándose de brazos y dándole una suave mirada con una tranquilizadora sonrisa.
—Es bueno que hoy tengamos tiempo. Creo que debes partir en orden, yo te escucharé.
La castaña pareció relajarse un poco más, dándole una leve sonrisa a su amiga. Primero pidió otro café para ella y para su amiga, y en cuanto tuvo los brebajes, empezó su relato desde el principio: cómo ese día ella la había dejado para ir a la pijamada de Kenta (por lo cual se disculpó unas diez veces entremedio), el como se sintió cuando despertó junto a ellos, luego la fiesta de cumpleaños y lo incómodo que había sido tener la juzgadora mirada de Mitsuki Bakugo sobre ella... Y claramente los comentarios que escuchó cuando estaba por irse.
Al terminar su extenso relato y su tercera taza de café, se quedó mirando a su amiga expectante, esperando escuchar alguno de esos tan buenos y oportunos consejos que sabía darle... pero pasaban los segundos, cada uno siendo eterno, y Tsuyu simplemente no decía nada. Solo la miraba, revolvía un poco su café y bebía.
—Tsu... Me estás matando.
—Dije que te escucharía —sonrió indiscretamente a la vez que enarcaba una ceja—. Eso es lo que hago.
Un ligero temblor se hizo notar en el ojo derecho de la castaña.
—Tsu.
—¿Sí?
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Educando a mi Jefe
FanficUraraka Ochaco nunca pensó que una reasignación de su trabajo significaría un giro de 180º. ¿Cómo pasar de ser una empleada común y corriente, a ser la niñera del hijo de su jefe? Y, principalmente, ¿cómo lidiaría con ello? Lo que sí tenía claro, e...