34.

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A la mañana siguiente los rayos de sol que entraban por mi ventana fueron los culpables de que me despertara.

Al voltear a mi lado pude ver la figura de Antonio aun durmiendo, dándome cuenta lo mucho qué extrañaba despertar a su lado. Me removí un poco en la cama con el afán de que despertara, ya que era tarde y tenía algo de hambre.

—Entonces no fue un sueño?—dice él mientras hacía el esfuerzo de abrir sus ojos y me envolvía en un abrazo.
—De que hablas tonto—dije riendo.
—Pensé que había soñado con todo esto, ya que estar aquí contigo de nuevo es como un maldito y perfecto sueño—dijo mientras me daba un corto beso en los labios.
—Pues no, no fue un sueño—dije—Esta es la vida real y en la vida real me muero de hambre—dije haciendo un puchero.
—Que quieres de desayuno mi reina?—dijo el volviéndose a acurrucar en la cama con intención de seguir durmiendo.
—Desayuno? Ya viste qué hora es Antonio?—dije regañándolo—Son las 2:00 de la tarde—dije mientras lo empujé para que despertara hasta que cayó de la cama lo que me hizo soltar una carcajada.
—Que molesta eres cuando tienes hambre—dijo quejándose desde el piso—Eso me dolió por cierto—dijo mientras se paraba y me cargaba en su hombro.
—Antonio bájame ahora!—le grite mientras lo golpeaba por la espalda ya que me cargaba como si fuera un costal.
—Te llevaré a comer algo pero primero tienes que darte un baño que apestas a sexo de anoche—dijo bromeando mientras me lanzaba a la piscina.

Pasamos un rato más jugando en la piscina también ya que yo también lo había lanzado, el estómago me dolía de tanto reír, esa conexión jamás se fue.

—Basta en serio me desmayaré del hambre que tengo—dije mientras me tumbaba en el pasto del patio.
—Ay, lo dramática jamás se te va quitar—dijo mientras reía y se tumbaba a mi lado.
—Tenemos que ducharnos en verdad, ahora olemos a sexo de anoche, sudor y piscina—dije mientras ambos reíamos.

Los dos levantamos y fuimos hacia el baño para tomar una ducha, Junior aún tenía algo de ropa aquí en mi casa de cuando pasábamos el tiempo aquí, nos cambiamos y me dijo que iría por sus cosas a su casa para ir a comer algo.

Estábamos en la puerta de mi casa despidiéndonos, el me tenía por la cintura y mis manos estaban rodeando su cuello, nos dimos un largo beso como despedida y una sonrisa se aparecía en mi rostro mientras lo veía caminando a su camioneta, con mi mano lo despedía a lo lejos.

Cuando me giré para entrar a mi casa la sonrisa que estaba en mi rostro se desvaneció en un segundo al ver a Gabito parado ahí a unos cuantos metros de mí con una mirada triste.

—Eso explica las flores, no?—dijo con disgusto.
—Gab, yo...—estaba por hablar pero él me interrumpió.
—No Sam, lo entiendo—dijo dando un largo suspiro—Yo siempre supe que él podía volver cuando él quisiera y tú lo ibas a recibir con las puertas abiertas, me engañé a mi mismo creyendo que tú y yo podíamos llegar a algo, o que llegarías a sentir algo por mi, en serio me esforcé por que así fuera pero ya quedo claro que siempre ha sido él—dijo mirándome fijamente con decepción.
—Gab, se que debí de haberte dicho—dije sin que otra cosa saliera de mi boca.
—Solo vine a traerte tu regalo y lo mejor es que me vaya—dijo mientras me entregaba una cajita pequeña que parecía de un anillo acompañado de una carta.
—No, espera tenemos que hablar de esto en serio yo lo siento Gabriel, no quiero lastimarte es que yo...—trate de hablar pero fue inútil el me volvió a interrumpir.
—No es momento Sam, tal vez luego—dijo y comenzó a caminar a su auto para marcharse de ahí.

Yo solo observaba como se alejaba de ahí mientras las lágrimas salían de mis ojos, me sentía como una estupida. Entre a mi casa para sentarme en el sillón y ver a detalle el regalo que me acaba de entregar Gabito.

Antes de abrir la pequeña cajita quise leer la carta.

"Hoy celebró un año más de tu vida junto a ti, agradecido de poderlo celebrar a tu lado.

Y hoy hace un año te vi por primera vez, mi corazón quedó flechado desde ese momento.

También acompañó esta felicitación con una promesa, una promesa que te di desde hace mucho y planeo seguir cumpliéndola por mucho tiempo más y es la de siempre estar para ti pase lo que pase.

Toma este anillo como símbolo de mi promesa, mi hermosa Samantha.

-Te quiere, GB."

Mis lagrimas caían encima de la carta la cual hice a un lado para poder abrir la pequeña cajita, pude observar un anillo delgado de color plateado, todo su al rededor tenía pequeños diamantes, simplemente hermoso. Lo saque de ahí para ponerlo sobre mi dedo y comencé a llorar desconsoladamente.

El sentimiento de culpa se apoderaba de mi nuevamente, y si lo que me dijo Nata era cierto y solo lo usé para olvidar a Junior? Dios, era una mierda no podía más con esto. Y si Gabito tenía razón y Junior podía venir y entrar de nuevo a mi vida cuando quisiera?

📞 Antonio
—Hola preciosa, ya casi llego. Ya estás lista?—contesto Junior a mi llamada.
—No creo que nos podamos ver hoy Junior—dije tratando de no sonar como si acabara de llorar.
—Junior? Desde cuando tú me llamas así? Estas bien Sam? Estas llorando?—cuestionó el.
—Esto fue muy rápido, necesito pensar bien las cosas—dije sin más.
—De que estás hablando hace un rato todo esta bien, dime qué pasa?—dijo con preocupación.
—Solo me deje llevar por el momento, las cosas no se pueden arreglar así de fácil—dije mientras lloraba.
—Voy llegando a tu casa, lo resolveremos amor—dijo tratando de sonar tranquilo.
—Lo mejor es que no vengas—dije y colgué antes de que pudiera decir algo más.

Rápidamente salí de mi casa poniéndome una hoodie gigante y unos lentes que cubrieran mis ojos hinchados. Me dirigía a casa de Nata. Al llegar toque la puerta y no tardo en abrirme.

—Que pedo, a quien mataste?—dijo con cara de susto al ver mi aspecto.
—Deja de ser un idiota por un momento Rubén—dije recargando mi cabeza en su hombro en cuanto lo vi, a lo que él inmediatamente me abrazó.
—Ahora qué pasó flaca?—pregunto mientras cerraba la puerta detrás de nosotros y me guiaba hasta el sillón donde al parecer estaba jugando videojuegos.
—Tú que crees, lo mismo de siempre—dije mientras limpiaba las lágrimas y mocos de mi cara con las mangas de la sudadera que tenía puesta.
—Esa hoodie es mía, cierto?—pregunto Nata al ver la acción y la sudadera en cuestión, a lo cual yo solo asentí mirándolo con un puchero—Te la regalo—dijo con una mueca de asco.
—Ya basta de bromas, en serio necesito compasión—dije mientras comenzaba a llorar nuevamente en el regazo de Nata.
—Iré por una botella, creo que la necesitas—dijo mientras se paraba en busca de la botella.







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hola chiques🤗

siento tanto la inactividad de verdad me siento tan culpable😭😭😭 me fui de vacaciones y luego fue halloween y ya saben mucha fiesta jeje

pero ya volví y no volveré a desaparecer las quieroooo🤍

only you - junior hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora