Sus manos se sienten ásperas.
Están hirviendo junto a mi piel.
Van jugando sus dedos entorno a mis pechos para luego moldearlos con sus manos.
Él repite mi nombre.
Yo lucho con mi sed, queriendo mojar mi garganta e hidratarme con sus labios.
Sus ojos están oscuros, verlos es como caer en el vacío, como si temiera de jamás poder salir de ellos.
Aunque no buscaría la salida.
—Dilo —me susurra.
Me repito mil veces en mi cabeza lo que quiero decirle.
—Acepto.
Y es aquí cuando todo inicia.
Pero.
No como lo imaginas.
ESTÁS LEYENDO
Dilo
RomanceEl juego entre ambos va ir creciendo. No falta nada para que el le ayude a olvidar sus miedos y reconozca quien realmente es. Ambos saben lo que quieren. Y eso solamente hace que el inicio de una palabra, los ate a estar juntos. DILO.