Entrenamiento interrumpido.

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— Izuku - La mujer tocó a la puerta entreabierta del cuarto de su hijo. Izuku volteó hacia donde estaba su madre, y la vio sosteniendo el teléfono inalámbrico que normalmente tenían en la sala. — Es para ti.

— ¿P-Para mi? - El chico frunció las cejas un poco, algo nervioso pues no le gustaba mucho hablar por teléfono. — Ay... ¿Qu-Quién es?

— Es uno de los amigos de Toshinori, quiere hablar contigo. - Dijo ella suavemente, pero luego alzó una ceja — Aunque está raro porque conmigo siempre todos se comunicaron por cartas que porque era más seguridad y ya no sé ni qué onda, así que rápido mijo, rápido, que el señor es medio desesperado. - Inko apuró al muchacho chasqueando los dedos, a lo que él se levantó casi corriendo de la silla de su escritorio, tomando el teléfono algo brusco.

— ¡G-Gracias má! - Dijo con más nervios aún, pero no pudo evitar pegarse la bocina del teléfono al oído. — ¿S-Sí? ¿Q-Quién habla?

— Uy, suenas más mocoso de lo que pensé. - La voz anciana del otro lado dijo con un tono malhumorado.

— ¿E-Eh? - Izuku hizo un mohín, algo desconcertado por lo grosero que sonó el señor. — ¿E-Esperaba a alguien mayor o...?

— ... Oye ¿Y tú quién eres? - El anciano preguntó, con un tono algo atolondrado, totalmente diferente al que antes había demostrado.

— ¡S-Soy Izuku Midoriya...! Espere, ¡U-Usted llamó a mi mamá primero! ¡C-Creí que sabría quién soy si preguntó por mí! - Izuku contestó frunciendo el ceño y se quedó unos segundos en silencio... — ¡Y a todo esto! ¿¡Quién es usted?!

— Ah, sí, el chamaquito de Inko, la amiga de Yagi, si si si. - El señor volvió a contestar con la voz atolondrada de hace rato. — Me llamo Sorahiko Torino. - Izuku recordó las cartas que le había enseñado su madre en días anteriores y los nombres escritos en estas... Ese nombre... Era conocido... Pero no pudo pensar quien era pues el señor era bastante ruidoso. Escuchó al anciano sorber algo y luego gritar algo que Izuku medio comprendió: "¡Niños! ¡Ya dejen de jugar aquí dentro! ¡Inasa, suelta ese jarrón lo vas a romper! Ay chamaco pendejo ya lo rompiste. Déjalo ahí no tengo tiempo pa' lidiar contigo ahorita. ¡keigo! ¡¡¡Atiende a los niños ya!!!"

Luego aspiró aire, para continuar con una voz un poquito más seria. — Niño dime rápido, ¿Qué tanto sabes hasta ahora?

— Eh... ¿De qué? - Preguntó Izuku, sentándose en su cama.

— ¿Qué de qué? - Y la voz atolondrada volvió. Por un momento, el chico pensó que quizás el señor estaba senil

— ¡Usted fue el que preguntó! - Izuku restregó la mano por la cara. — Qué qué sé hasta ahora, pero ¿De qué? No-No entiendo

—... Ah, ya ya ya. Sí. - El señor chasqueó los dedos. — ¡De eso!

— Señor, solo me está confundiendo más...

— Ay, no eres divertido, niño. - El anciano pareció dejar lo que estaba haciendo por las buenas, aunque Izuku no estaba seguro si estaba fingiendo o si era el caso de verdad de que se le fuera la onda al señor. Volvió a sorber. — De tu situación.

— ¿M-Mi sit...? ¿se refiere a que soy el av-

— ¡No chingue, niño! - Interrumpió el señor. — ¡No lo diga como tal, que en todos lados nos vigilan!

— ¡¿Qu-Quién nos vigila?! - Preguntó alarmado el muchacho.

— Osh, enserio no sabes nada... - El señor se quedó en silencio unos segundos.

— … A-Apenas me enteré de todo esto la semana pasada, señor… ni siquiera sé controlar nada y apenas y se como hablar con Yagi-san...

— Ah caray, ¿ya has hablado con tu tío Toshinori?

El Avatar no está muerto (BKDK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora