El entrenamiento, parte 1

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Okay. Katsuki se encontraba frente a la puerta del estudio de su padre, ese mismo día en cuanto llegó a casa. Era una puerta grande de madera, barnizada de rojo y que tenía grecas que hacían un diseño bastante bonito, a la cual le pegaba la luz naranja del atardecer que entraba por el gran ventanal de la escalera. Se podría ver algo imponente el estudio, con tanta maquinaria para creaciones de prototipos de hilos y telas, el restirador dónde hacía sus modelos de ropa y más máquinas, y sobre todo el gran escritorio lleno de cosas puntiagudas y brillantes en el cual jugaba a escondidas cuando era pequeño...

Claro, se vería. Si es que Katsuki no supiera como es en realidad su papá.

— Oye, pá.- Katsuki tocó a la puerta, y al escuchar la voz de su padre en un leve "entra", abrió suavemente, asomando la cabeza.

— ¿Qué sucede, Katsuki? Estoy algo ocupado. - Dijo el hombre que se encontraba en el restirador haciendo algo.

— ¿Crees que me puedas decir dónde están tus notas de cuando me enseñaste fuego control cuando era pequeño? Sobre todo las de respiración... - Preguntó el muchacho haciendo un mohín.

El padre dejó de golpe su trabajo, volteando hacia donde estaba su hijo.

— ¿Necesitas alguna técnica o algo? ¡No te preocupes por eso! Si necesitas y si quieres yo puedo ayudarte. - Dijo el hombre de forma amable, dándole una sonrisa leve.

Okay, Katsuki podría ser un imbécil pero siempre tuvo un poco de más aprecio por su padre que por cualquier otra persona y era de los únicos que no lo trataban como imbécil de forma intencional.

El muchacho dio un paso hacia adentro, cerrando atrás de sí.

— No es para mí... - Dijo, rascándose la nuca. — U-Uno de mis compañeros del equipo quiere... Aprender a usar una de mis técnicas y pues... No sé, creí que sería mejor enseñarle tus libretas nada más. - Dijo el chico, sin decir que eran para Deku. ¿Deku querría que sus padres supieran? Ni le quería decir a los del equipo, así que supuso que no.

— Uhmmm... Ya. - El hombre se levantó de su lugar tras asentir con la cabeza. Se fue directamente a los libreros. — Te las voy a prestar. Sólo cuida de que no las quemen mientras entrenas a tu amigo Kaminari. ¿Okay?

... Oh, el viejo supuso que era al cara de burro a quien le iba a enseñar... Bueno, eso era una gran cuartada.

El padre sacó dos libretas viejas forradas con papel lustre y plástico transparente que, estaba a punto de caerse por la cinta adhesiva gastada. Le dio las libretas a su hijo.

— Gracias... - Las tomó con ambas manos, y sintió la mano de su padre caer sobre su cabellera, sacudiéndosela un poco.

— No hay de qué, pero me las devuelves pronto.

El chico asintió, saliendo de la habitación con rapidez.

El día que en qué Izuku y Katsuki se reunieron con el club de la biblioteca fue un viernes. Y ese día quedaron en horarios para el entrenamiento. En sí, irían a entrenar por el momento solo una hora al día de lunes a jueves, pues Izuku no... No tenía condición física y ocupaban que no se lastimara.

Irían en el orden de agua, tierra, fuego y aire al no saber cuál era el elemento base de Izuku pero basándose en qué su mamá era una maestro agua, pues era más probable que fuera la situación (hey, aunque Katsuki no quiera que consideren al papá, tenían que tomar en cuenta que Izuku tiene herencia de mínimo 3 naciones).

Ese fin de semana, Izuku simplemente se estuvo preparando mentalmente para lo que iría a seguir el lunes... y así, llegó la siguiente semana.

Habían quedado de verse con Tsuyu a las tres de la tarde, para después de entregar por una hora, irse directo al gimnasio con los perros leones.

El Avatar no está muerto (BKDK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora