Conociendo a los Lee

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POV. Heeseung

Salimos del cine en cuanto se encendieron las luces, al comienzo de los créditos.

K se había pasado toda la película mirándome y pensando cosas sobre mí que apostaba ruborizarían a sus compañeros de manada la próxima vez que entrara en fase. Además estaba lo de pasarme el brazo por encima...no quería montar un espectáculo en mitad del cine y lo pasé por alto. Pero sólo por eso.

Al llegar a su coche le pedí las llaves y esta vez fui yo al volante. Mucho mejor. Más veloz.

Yo había ido a su casa andando, así que en cuanto aparqué en su garaje, pensaba desaparecer. Ya era de noche, por lo que iba siendo hora de irme. Pero debía aclararle un par de cosas.

- Escúchame K. Esto no ha sido una cita.

- Pero...

- No, K. Ya basta. Deja de pensar esas cosas. Acepté pasar el día contigo, pero eso no significa que quiera algo... más. Y te pido que me dejes tranquilo una temporada.

A pesar de su rostro contrariado, fue firme al hablar

- No puedo hacer eso y lo sabes. Necesito tu cercanía. Incluso un día lejos de ti me parece un castigo... aunque supongo que mi presencia para ti tiene que ser un incordio...

Algo dentro de mí se rompió. Sabía que eso no podía ser posible, pero fue lo que noté en lo más profundo de mi ser.

Suspiré profundamente, abrí la puerta y salí del coche. Pero antes de alejarme...me incliné para que pudiera verme la cara, puesto que no se había movido del asiento del copiloto

- Olvida lo que te he dicho. Olvídalo todo – no sé qué me pasaba con K, pero verle tan triste, me dolía.

Su rostro se iluminó esperanzado

- ¿Entonces fue una cita?

- Sí... fue una cita – dije derrotado y me esfumé.





POV. K

- Si... fue una cita.

Las palabras más maravillosas que me habían dicho nunca. Si algún día consiguiera un "te quiero" de sus labios, podría morir tranquilo. Cuando quise darme cuenta, había desaparecido. Ni rastro de él. Salvo su aroma impregnado en el asiento del conductor.

No le había prometido nada, así que me sentía con pleno derecho de ir a su casa como estaba haciendo en ese momento, al día siguiente de nuestra estupenda cita. Pero no quería pasarme de la raya, así que mantuve mi distancia acostumbrada, aunque algunos pasos más cerca, porque su olor era más intenso cuanto menos metros ponía entre la vivienda y yo.

Me senté con las piernas cruzadas sobre la húmeda hierba y no pasó mucho tiempo, hasta que tuve compañía.

Un hombre con los mismos rasgos pálidos y hermosos que los de Heeseung salió de la casa, cruzó el porche y se me acercó. Había algo en su rostro perfectamente cincelado y en las ondas de su suave pelo de color caramelo que recordaba al glamour de la época de las películas de cine mudo. Era casi de mí altura y delgado, vestía de manera informal, con colores claros.

Conforme más se me acercaba, su sonrisa era más pronunciada.

- Hola K – dijo con voz amable. Sus facciones eran suaves y definidas. Y a pesar de tener una apariencia de veintitantos años y un rostro blanco marfileño, su expresión de pronto me recordó a la de mi madre. Pero el aroma que me llegó de él me puso los pies en la tierra.

- Hola... ahm...

- Soy Lee Taehyung. El padre de Heeseung.

Me puse en pie con rapidez y le tendí la mano. Él la ignoró y me abrazó.

Novilunio || K/HeeseungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora