Butterfly

Twelve: Dead Inside

Narrador Omnisciente

Eran las 2 de la madrugada y los tres chicos estaban en el hospital. Sentados en la sala de espera con la impaciencia del estado de su amigo. Mike estaba sentado entre los dos enemigos, Scott y Jeremy. Scott tenía una manta en su alrededor cubriéndose del frío. Una manta que había traído Mike para pasar la noche. El pelinegro había traído una para cada quien pero Jeremy le rechazó la manta. El castaño no hablaba, estaba tan callado que parecía que sólo su cuerpo estaba presente pero su mente no.

Mike de igual manera con la manta a su alrededor, tenía el pensamiento que algo le pasaba al menor, algo más fuera del asunto, suponía.

El mayor suspiró y se quitó la manta para ponerla en la espalda del castaño, tapándolo del frío clima de la madrugada. Con ese acto, el menor sólo se limitó a mirar a Mike, sin expresión alguna. Eso le asustaba al mayor, así que sólo paso su brazo encima de los hombros del menor acercándolo contra el cuerpo del pelinegro.

Jeremy sólo soltó un suspiro y se acomodó en el pecho del mayor como fuera posible, pero que sintiera su tacto. Había sido una pésima semana y por desgracia durante ella no dejó de herirse el menor, era una necesidad que ahora le hacía imposible dejar, ni Mike ya lo hacía sentir bien consigo mismo, ahora lo único eran esas navajas que desgarraban su piel de manera fina, dejándole marcas nuevas. Como los viejos tiempos.

Era evidente que Mike no estaba enterado, apenas y tuvo tiempo de estar con su novio, todo se había juntado, muy pronto su cabeza iba a explotar. Como desearía que sus padres estuvieran aquí para hacerle la vida un poco más fácil. Pero no, estaba sólo y tenía que enfrentarlo como sea la forma.

-Iré adentro-dijo el más alto de todos: Scott.

Se levantó aún con la manta encima y se dirigió a la habitación.

-Scott-llamó Mike-¿quieres algo de café?-

-Sí, gracias-respondió el pálido, abriendo la habitación, dejando ver la camilla donde se encontraba Vincent, acostado con cables conectados en él, inmóvil. Al entrar cerró atrás suyo la puerta.

-¿Quieres café?-preguntó Mike mientras observaba al menor.

Aquel solo negó y se separó del mayor.

-¿Qué sucede?-volvió a preguntar el mayor tratando de ver sus ojos-¿te sientes bien?-

Esa última pregunta captó la atención de Jeremy, este volteó de inmediato. Mike había dado en el punto, así que se quedó callado para permitirle al menor hablar. Así se extendió el silencio entre ambos, Jeremy no sabía que responder ¿Me he estado lastimando, me siento una basura, soy un asco, me siento usado por todos, ya no quiero seguir? Claro que no, eso le alteraría al mayor, lo que no quería es ser un estorbo en estos momentos.

-No...-pronunció el menor dudoso-no es nada-

-Jeremy, me estas preocupando, ¿estás seguro?-

-Sí, sólo que...estoy...cansado-

Mike sólo observó a su novio y suspiró

-¿Por qué no duermes un poco?, iré por el café de Scott y de paso por el mío-

-No puedo dormir-murmuró el menor.

-¿Mande?-

-No puedo-pronunció esta vez más alto.

El pelinegro se quedó meditando por unos momentos, antes de que volviese a reaccionar el menor se levantó.

-Te veo más al rato-finalizó y se fue directo al ascensor.