Domus Mactabilis

15 3 0
                                    

Arakna me lo contó todo.

Eris y Fausto se habían marchado en busca de Hada ellos solos.

En principio íbamos a ir todos. Pero Eris citó textualmente:

"Tengo qué salvar a mi hermana y me estáis atrasando"

Se que después de eso Arakna y ella discutieron fuertemente.

—No se sí deberíamos seguir con ellos— dijo finalmente Kich —No entiendo por qué los estamos ayudando.

—¿Abandonaremos esta misión?— pregunté.

Arakna estaba pensativo —No podemos seguir contigo en ese estado. No es tu culpa. Quiero decir que debes descansar y que no te vamos a dejar sola.

—Pero hemos hecho todo este camino...

Keiichi me abrazó —Sólo queremos que estés bien. Da igual lo demás.

Arakna precia inquieto —Les di las indicaciones necesarias para encontrar a Hada. No van a tener ningún problema. Y desde aquí, volver es más fácil.

Yo no soy ningún héroe. Y sabía que en ese momento yo estaba limitado por mi propia enfermedad mental.

No soy el héroe que pone al grupo por encima de sus propias necesidades. Soy el bastardo enfermo que arrastra a todos a cuidarlo. Soy el ataúd vacíos de Khaøs.

Soy el peor momento y soy incapaz de seguir la misión. Y ellos lo saben.

Keiichi no me soltaba —Cuidaremos de ti hasta que estés bien.

Sus dulces palabras resonaban en mi putrefacto corazón. Porque me sentía mal por el hecho de estar mal.

Arakna era el héroe. Arakna era quien ponía las necesidades del grupo por encima de las suyas, pero esta vez, su proriedad eran mis necesidades.

Me sentía halagada y protegida. Y a su vez, sentía dolor, sentía que era una víctima. Un enfermo al que había que cuidar.

Lloré. Me sentía desgarrado —No puedo decidir por mi mismo ahora. Así que por favor, cuidadme. Al menos hasta que pueda hacerlo yo.

Arakna me miró preocupado, como si todos sus problemas y su carga de líder le hubieran hecho enterarse en un fango del que nadie podía rescatarlo.

Nadie podía ayudarnos ahora.

O eso creíamos.

—Arakna. Khaos— Keiichi me soltó y se subió sobre unos escombros —Escuchadme bien. Os conozco de hace meses y se que aunque estéis mal ahora, podréis estar mejor en adelante— miró a Arakna —No tienes por qué cargar con todo siempre. Te ayudaremos en lo que sea— y luego me miró a mi —Y tú, Khaøs. No sé por las miserias que estarás pasando ahora mismo. Pero estarás bien, de verdad que si. Y ninguno deberíais sentiros mal por no poder más. Yo a veces tampoco puedo más. Y no pasa nada.

Se bajó de los escombros y nos abrazó cálidamente.

—Y joder. Os quiero— nos dio un beso en la mejilla a cada uno —Así que vamos a descansar. Aunque todo esto haya sido un puto fracaso, que se encarguen Eris y Fausto. Hoy ellos son los héroes.

Keiichi tenía razón, no solía pasar eso, pero últimamente estaba más razonable. Tal vez esté mostrando su interior y dejando atrás esa fortaleza de punk incorregible. Al menos con nosotros.

——————————————————

No había conocimiento alguno sobre ese nivel, ni sabíamos cómo habíamos llegado hasta allí. Simplemente estábamos caminando por unas calles vacías y terminamos en el lúgubre y hermoso jardín nocturno de una construcción gótica de color negro con ventanas tan rojas como la mismísima sangre.

LIMINAL GENERATION  [WEIRDCORE Dreamcore BACKROOMS]  👁️🍄✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora