Ni puta idea.

Capítulo 8

Val me ha dicho que me estoy enamorando de Marcos. Pero no estoy de acuerdo. No hablamos mucho; de hecho, hablamos menos que antes. Y cuando hablamos son conversaciones tipo:

-Hola.

-Hola.

-...

-¿Qué tal el pato?

-Eh...Bueno, lo he devuelto. Aunque un señor mayor dice que el pato era suyo y me quiere denunciar.

-Ah...

-...

-Me gusta tu pierna.

-Es de madera.

Silencio incómodo.
Estás cosas solo me pasan a mí, creo. En realidad la de la pata de madera es mi madre. No sabía que contestar ¿vale? Quizá debería haber dicho gracias y ya.
Socializar no es lo mío.

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El otro día hable con el novio de Val, y me dijo algo de cibersexo. Entonces le enseñe la conversación y se puso hecha una fiera. Lo dejó.

Y Lucas sigue detrás de Val. Pero como Val es deficiente, aunque le gusta también, hace que no se da cuenta. O no se da cuenta de verdad. Seguramente la segunda; ya os he dicho que es deficiente.
En cambio ella se empeña en que quede con Marcos.

De hecho, me quitó el móvil. Y le mandó un mensaje.

Yo: ola wappo, kieres tema¿

Eldeloslibros: Carlota, ¿estás bien?

Yo: Si, perdona; ha sido Val. Es que se le cayeron unas pocas neuronas cuando le di con la sartén.

Eldeloslibros: Ah, ya, recuerdo eso. Estuvo una semana en el hopital. No podía apoyar la cabeza. ¿Sigue durmiendo de pie?

Yo: No. Pero cuando se queda en mi casa yo le dejo dormir de pie, no vaya a ser que se le vuelva a hinchar.

Eldeloslibros: Que...generoso por tu parte. Bueno, adiós, que tengo que acabar el resumen de literatura.
Nos vemos :).

Ese mensaje rompió mi corazón y después lo unió. Y después se volvió a romper.
El resumen del libro era más bien una opinión, y contaba para la final. Y no lo había puesto.
Pero me había puesto un :).
Pero iba a suspender literatura.
Pero :).

Y así estuve el resto del día. Y tuve que hacer el resumen/opinión cuando me desperté a las tres de la mañana.
Y lo acabe con un :).

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No preguntéis cómo ni por qué, pero acabé quedando con Marcos para ir al cine. Estábamos en el recreo hablando de una adaptación de un libro que habíamos leído los dos (yo en pdf obviamente) , y bueno, una cosa llevo a la otra...Y íbamos a ir al cine el Viernes. Solos. Los dos.

Me iba a poner de los nervios. Lo veía. Soy incapaz de entablar un tema de conversación nerviosa. Suelto sandeces que no vienen a cuento. ¿Recordáis lo de la pata de madera? Pues eso.

En fin, que me veis a mi con Marcos entrando a la sala 6, o, más bien, a Marcos con tres recipientes de palomitas grandes al lado. De las saladas, obviamente. A ver quién creéis que soy.

Total, que se acaba la película -una mierda, por cierto, pero bueno, es una adaptación. Supongo que me lo esperaba- y Marcos dice de ir a una pizzería que hay cerca.

No me llega. Cogemos una a medias. Comemos. Salimos. Nos sentamos en un banco. Me besa.

Y la cago.

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