Mi esclavo verde

Acto VIII

La presencia de la reina provocaba a la minoría dificultad para respirar, por no decir la densa energía mágica que emanaba de su cuerpo.

Como si de un tigre encima de su presa lista para devorarlo, así sentía su poder.

El rey estaba callado, sudando de lo nervioso que se encontraba y con cuidado habló:

[Mi bella dama, por favor, no hay necesidad de perder nuestra lógica y razón. Me disculpo por mi comportamiento] estaba consciente de que lo que la enfadó fueron las palabras de su hija hacia él.

Pero no sé desquitará con ella, es obvio.

[Queda finalizada esta rabieta, Ochako, perdiste] dijo Lumina y Ochako solo chasqueo su lengua en desaprobación.

Pero no quería contradecir a su madre, no ahora. Su madre es mucho peor que su padre si a enfadarse se trata.

Izuku por su parte, ayudó a su ama a levantarse.

Y luego la reina pasó a su lado dirigiéndose a su padre.

No pasaron 3 segundos para escuchar una fuerte bofetada por parte de su madre hacia su padre.

[La próxima vez que las palabras de tu hija te afecten, te juro que necesitaran un nuevo rey en este reino] dijo ella enfadada y el rey asintió en silencio [y Ochako...] ella guardo silencio viendo que su hija tenía lágrimas en los ojos.

No dijo lo que iba a decir, en cambio, se acercó a sus amigos y se inclinó.

[Ofrezco mis disculpas por haber presenciado este mal comportamiento, lo siento] dijo ella.

[Las disputas familiares son casuales, Lumina, yo y Tsumi a veces destruimos el salón por solo algo minúsculo] dijo Toshinori calmando la situación.

[No debes preocuparte, vivo esto a diario] dijo Inko y Tsumi levantó su pulgar en aprobación.

[Sin embargo, el trato se llevará a cabo. Ochako, rompe tu juramento] dijo y Ochako se mantuvo en silencio.

No quería, absolutamente. Quería tener a Izuku, no quería entregárselos después de todo. Ella sentía que él era quien cambiaría toda su vida, quien necesitaba para toda su vida, su pieza maestra en su tablero.

No quiere, absolutamente.

[...] Ochako miró a su madre a los ojos con desdén, su silencio expresaba muchas cosas de ella y su madre la entendía perfectamente.

[O podrías hacer algo diferente] en este momento Inko habló [estoy segura de saber que el juramento de Vida tiene sus libertades con el sometido. Y tú las debes de saber, ¿No?] Ochako sabía a lo que se refería.

[No voy a obligar a Izuku] dijo Ochako. Una de las libertades de su trato con Izuku era que ella podía ordenar lo que quiera y él lo cumplirá así no lo quiera.

[O rompo tu pacto...¿elejiras?] Dijo Lumina.

Lumina era una de las pocas personas que podía romper esos pactos sin que se vean afectados gracias a su necromancia. Podía reemplazar el cuerpo por otro con la misma energía mágica y al presenciar que uno está muerto se rompería inmediatamente.

[Ochako-sama...se que no soy quien para hablar por usted. Pero debe entender que izuku no es alguien de quién tenemos conocimiento. Usted misma ha visto lo capaz que es y aún así cree que solo fue un simple esclavo?] Toga se acercó a Ochako a limpiar sus heridas [es hora de que demuestre su confianza en usted, su lealtad, por favor ama...no confíe ciegamente en él]

[...necesito saber una cosa primero, si me lo permite, majestad Inko] dijo Ochako.

[Dime, querida] preguntó.