Una Tarde

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Hoy en la tarde mientras intentaba olvidarte por un instante, mi mente vagabunda jugaba con los recuerdos de tu cuerpo; al cerrar los ojos, la imagen de tu rostro me invadió y no a gustó con ello, empecé a oírte entre mis sueños. Deleitado con aquella visión decidí explorarte, acariciando cada parte de tu cuerpo, sintiendo aquellas piernas que me deleitaron la primera vez que te vi.


Sentir tu piel en mis manos me llevo a buscar más, a imaginar más; ya convencido en lo que deseaba devoré tu piel mientras besaba cada fragmento de tu cuerpo. El corazón agitado latía con fuerza en mi pecho. Deslicé mi lengua por tus pechos y succione de tus pezones, los gemidos de placer inundaron aquella estancia en el rincón de mi mente.


La sed que sentía aumentaba y no podía saciar en tu piel, fue saciada en tus labios mientras nuestras lenguas bailaban un vals que solo nosotros podemos interpretar; deseando consumar el acto erecto estoy y en una acometida salvaje y casi animal entre. Ahogado el éxtasis de una explosión de placer nuestras voces se unieron a un coro de gemidos retumbando en mis oídos, a este baile de emociones unimos nuestras caderas a la danza que nuestros cuerpos exigían; en algún momento el tiempo dejó de fluir diluyéndose con la materia. En ese instante comprendí el paraíso es terrenal y se llega a él a través de ti, aun si es en un sueño.

Gritos del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora