Lucerys Velarys y Aemond Targaryen

Cobardía Parte 1 Y 2

NOTA: Narrador no confiable, mi dislexia me la a jugo mientras escribía esto si está algo con una falta de ortografía o alguna palabra nada que ver, por favor dejar un comentario y lo editaré

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Lucerys era cobarde, Aemond debió de saber que Lucerys era un cobarde escondido entre las faldas de su madre, pero su amor por él lo había vuelto estúpido, dejo que lucerys le pusiera un niño en el vientre y esa decisión fue su perdición.

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Capitulo 1 —Aemond

Aemond mira los ojos verdes de Lucerys la luz de las velas le daban un ligero tono negro igual de negros a aquella noche en donde Aemond le entrego todo al bastardo, el ojo de Aemond mira a su familia toda reunida alrededor de lucerys para felicitarlo por la llegada de su primer hijo después de meses de matrimonio.

Aemond aprieta con fuerza la copa de su mano, las náuseas lo están matando, siente la mirada de todos en él, pero a Aemond no le importan, sigue bebiendo de su copa de vino, aunque sabe que es malo para él bebe, pero en este momento a Aemond no le importa el maldito bebe en su vientre, a él no lo facilitaron cuando dio la noticia de su bebe no como a lucerys y la insípida de Rhaena.

Aemond recuerda los gritos que hubo cuando dio su gran noticia, los golpes que le dieron su madre y abuelo, la mirada de decepción que le dio Viserys, las burlas de Aegon, la mirada llena de lástima de Rhaenyra y los comentarios llenos de venenos de Daemon.

Pero él no lo vio durante toda la noche, cuando Aemond había hecho eso por él, había arruinado su virtud al tener un cachorro bastardo por él, por él dijo que su familia solo los aceptaría si tenían un cachorro, pero han pasado meses Aemond ya está cerca de su fecha de entrega y el bastardo no ha hecho nada solo se mantiene en silencio detrás de las faldas de su madre y de su nueva esposa (mientras Aemond sufría por el embarazo Lucerys se metía entre las faldas de Rhaena). 

Aemond se siente como un tonto, le dio su virtud a su sobrino, dejo que le pusiera un niño en el vientre en contra de su buen juicio solo para poder estar juntos, pero el bastardo fue y se casó con la insípida Rhaena, dejándolo a él vivir con los susurros y rumoren sobre su bastardo.

Cada día que pasaba era un infierno para Aemond su cuerpo cambio, ya no podía entrenar con su espada o volar en Vhagar su ropa no le quedaba, tuvo que cambiar sus cueros por vestidos estúpidamente grandes, su vida ya no era la misma cambio tanto en tan poco tiempo que Aemond tenía ganas de llorar por primera vez en años, ni siquiera cuando perdió el ojo había tenido tantas ganas de llorar como las que sufría ahora con esta fatídica noticia, está feliz noticia era una puñalada en su pequeño y negro corazón.

Aemond era mezquino y caprichoso, todos en la corte lo sabían bien, lleno de rencor, Aemond se levantó de la silla mirando fijamente a Lucerys.

— ¡Sobrino!, brindo por tus hijos que pronto nacerán tan sabios, guapos y fuertes como su padre— dice Aemond acariciando su vientre, sonríe con sorna a Lucerys que lo ve asustado desde su asiento junto a su madre.

—Gracias, primo, espero que él bebe sea como mi señor esposo—concuerda Rhaena mirándolo con los ojos brillantes de felicidad.

Molesto Aemond suprime un gruñido

—Los hijos de Lucerys son grandes y pesado, prima yo bien lo sé —habla Aemond agarrando su vientre enorme, Aemond era enorme como Helaena cuando dio luz gemelos, pero los maestres habían asegurado que solo esperaba a un niño.