El funeral transcurre tal y como grababa Aemond, se quedó con su madre en todo momento.
Siendo incapaz de ir a otro lugar, estando rodeado de negros, ponía sus pelos de punta. 0
Junto con Sir Criston, ambos se quedaron haciéndoles compañía a la solitaria reina Alicent.
Aemond Mira a su mentor, Criston cole, al hombre que alguna vez pensó una figura paterna en su vida.
Siendo el hombre al único que Aemond podría considerar un padre en su vida.
Pero lamentablemente dejó de verlo como un padre cuando el hombre también se enamoró de Alys, la bruja bastarda.
Esa perra bruja, Aemond piensa en esa bastarda que fue su amante, la madre de su hijo no nato.
En cómo esa bruja bastarda lo llevó hacia Daemon, llevándolo a su muerte, en el ojo de Dios.
El solo pensamiento, hace latir su corazón en sed de venganza, queriendo poner sus manos en el bello y elegante cuello de la bastarda para acabar con ella.
La bruja era tan solo un sustituto de su primavera perdida.
Un miserable intento de reemplazo es lo que era realmente la bastarda Strong.
Empieza a planear la muerte de la bruja, cuando sus ojos empiezan a picarle y se empiezan a nublar.
Maldice a lo bajo frotando sus ojos, desde que un mozo le sacó leche ha estado sintiéndose mal, su vista se nubla, su cuerpo se siente caliente, sin importar el frío que trae la brisa marina.
Parpadea cuando sus ojos se nublan por completo y no es capaz de ver nada más que una niebla blanca de colores, el mundo a su alrededor cambia de color.
Todos los colores brillantes se vuelven grises, el profundo azul del mar ahora no es más que un color gris.
Todo a su alrededor se vuelve ligeramente blanco, ve como su madre se había quedado quieto, no únicamente ella, todos alrededor estaban quietos en sus lugares.
Como estatuas de marfil, ni las olas se movían, el mar estaba en completa calma.
De la nada, aparece una mujer de lo más extraña que Aemond alguna vez vio.
Largo cabello platinado, piel más blanca que la nieve del norte, ojos tan morados como el tinte morado, líneas negras surcaban la pálida piel, cuernos en su cabeza, lo más extraño era que la mujer no tenía boca.
Aemond trata de hacer algo, de atacar a la mujer o de tan solo moverse, pero no puede su cuerpo no se mueve, con horror ve como la mujer se le acerca.
—Calmaos sangre de mi sangre — con lentitud la mujer habla en alto valyrio, Aemond la ve con confusión ¿Cómo podía hablar? No tiene boca.
—¿Quién…? —
—Soy Vhagar—
—¿Mi dragón? — la mujer niega con la cabeza.
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Lucerys Velarys y Aemond Targaryen
Fiksi PenggemarLibro 1 Un borracho Lucerys Velaryon en encuentra con su tío Aemond en el pasillo, terminan besándose. Lo que desencadena un efecto domino en la danza de dragones, pero su destino está sellado por lo dioses Libro 2 Las estaciones del amor Las aguas...