Capítulo nueve

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Un miedo compartido

Mi brazo estaba sangrando debido al reciente corte que ese maldito villano que ahora tenia apresado contra el suelo me había hecho momentos atrás, él y los demás idiotas que habían formado parte del incidente estaban neutralizados, pero mis heridas se estaban volviendo un problema ya que estaban entorpeciendo mis sentidos, por lo que no noté la presencia de uno, justo en se instante el idiota de Shinso apareció atrapándolo con sus cintas, no quería admitirlo pero estaba agotado, así que decidí dejarle el resto. Me erguí como pude y comencé a avanzar entre los escombros. 

"¡Bakugou! ¿¡A dónde vas!? ¡Tus heridas! ¡Bakugou!" Aunque el ojeroso me gritaba sin parar, no pensaba detenerme, no sin antes saber algo de ti.

Mientras avanzaba podía ver a los demás héroes ayudando a los heridos, así que qué importaba si no ayudaba por ahora. Ya había hecho mas que suficiente al atrapar a los culpables y mis heridas eran la muestra de ello.

¡Mierda! Mi respiración estaba agitada y mis músculos estaban tensos.

Comencé a mirar de un lado a otro sin poder enfocar nada realmente, mis heridas sangraban ligeramente, pero el esfuerzo por correr y el inminente cansancio, hacían que mi coordinación se estropeara.

"¡Katsuki!" La voz que más deseaba escuchar resonó entre los edificios destrozados, gire inmediatamente. Ahí estabas, sobre una montaña de escombros. No lo dudaste y bajaste casi corriendo, aun sabiendo que eso era demasiado peligroso.

¡Mierda! Si vas a arriesgarte así entonces yo también lo haré. Pese a mi cansancio y poca coordinación corrí a tu encuentro.

Solo unos míseros centímetros nos separaban y los acortamos en el instante en el que me impulse hacia tus brazos y tú me atrapaste.

Me abrazarte con fuerza, la misma fuerza con la que yo me aferré a tu traje. Y fue entonces que por fin pude suspirar de alivio.

"Estas bien" soltamos al mismo tiempo. Recosté mi rostro sobre tu pecho y tú apoyaste tu frente sobre mi cabeza. El poder escuchar tus latidos era reconfortante. Nos quedamos así por un tiempo, no sé exactamente cuánto y la verdad no me importaba, solo sabía que estabas entre mis brazos y yo en los tuyos, y eso era suficiente.

"Pensé que te perdería" soltaste después de un rato en silencio, tu voz transmitía alivio, pero también miedo, lo sabia porque estabas temblando, aunque a estas alturas, lo más probable es ambos lo estábamos. 

"Idiota... yo también..." en ese instante me separé de ti para poder ver tu rostro, mi mano acaricio tu mejilla, estaba sangrando, tenías un corte profundo, además de otras lesiones también profundas.

"¿Te duele?" pregunté mientras presionaba la herida y está parecía dejar de sangrar.

"No..." tomaste con delicadeza mi otra mano y la dirigiste hacia tus labios, depositaste un beso sobre mi palma, para luego soltarla y acercarme de vuelta a ti.

Está vez rodeaste mi cintura con tus brazos, dejando caer tu rostro sobre mi hombro.

"Katsuki, me alegra tanto que seas tan fuerte, sabía que podrías cuidarte solo...aun así me dio miedo cuando te perdí de vista y luego cuando todo comenzó a empeorar... aunque soy un héroe, luego de que pudiera controlar la situación y congelar a unos cuantos, decidí dejarlo en manos de los demás, solo para ir a buscarte... Lo siento, te casaste con un héroe inútil." finalizaste ocultando más tu rostro entre mi cuello. Podía sentir las pequeñas gotas caer sobre mi hombro.

Y aunque mis lágrimas amenazaban con salir, lo único que hice fue dirigir mis manos hacia tu cabello, para comenzar a acariciarlo con cariño.

"Pues parece que tú también, porque el cabrón de tu esposo se dejó lastimar por unos villanos de bajo rango, se dejó salvar por el mini Aizawa, y decidió dejarles el resto a los estúpidos extras para correr tras su idiota esposo... ¿No te parece eso peor?" pude sentir tus lágrimas detenerse.

Saliste de tu escondite solo para tomarme de mis mejillas y plantar un delicado y dulce beso sobre mis labios.

"Nada es más importante que tu vida... Aún sí eso me hace el peor, lo volvería a hacer" respondiste decidido. 

"¿Me estás subestimando? Para tu información yo pienso lo mismo" respondí igual de decidido, rodeé tu cuello con mis brazos  y volví a besarte.

...

Cuando por fin terminamos de salvaguardar a todos, regresamos a casa exhaustos, ese día durante el trayecto a casa no nos soltamos de la mano. Por que de alguna manera sostener tu mano significaba un profundo: estoy aquí.

Ese día dormimos abrazados y mientras te veía dormir entre mis brazos entendí que compartíamos el mismo miedo.

Ahora sabía porque los héroes decidían no tener familia, aun así... tú y yo, habíamos decidió convertirnos en una, a pesar de que solo fuéramos dos.

Y si siendo egoístas podíamos protegerla y conservarla entonces... estábamos dispuestos a serlo. 


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Estúpido Todoroki - TodoBakuTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora